El mecánico César Quesada y su esposa Alina Villarevia pensaron en aprovechar el viaje de trabajo que César debía hacer a la finca del estadounidense Stephen Sandusky para pasar un bonito día de campo en familia.
Quesada tuvo la intención de que sus tres hijos los acompañaran, pero solo Daniel, de 20 años, quiso sumarse al viaje. Los otros dos --una muchacha de 19 años y un jovencito de 16-- prefirieron quedarse en casa.
“Mi sobrino se fue como tipo siete y media de la mañana y se llevó a la esposa y al hijo mayor, se iba a llevar a los dos chiquitillos, pero no quisieron ir porque a uno le gusta más el internet y esas cosas, y a la chiquita le gusta más asolearse”, contó José María Quesada, tío de César.
Los jovencitos están, de momento, con sus abuelos maternos.
“Entonces, vea lo que es la vida de irónica, la esposa de mi sobrino invitó a una amiga que era compañera de trabajo y al muchacho que andaba con ella para que conocieran y se divirtieran, pero trágicamente pasó eso”, añade.
La pareja a la que invitó el matrimonio eran Susan Zúñiga Rodríguez y Willy Borbón Muñoz.
Ellos cinco, más Sandusky, fueron asesinados este domingo 17 en Llano Bonito de Buenos Aires de Puntarenas. La masacre fue descubierta por los papás de César y Alina en la madrugada de este lunes 18 de octubre.
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“Estas cosas no deberían de pasar en Costa Rica, teníamos un país muy lindo, esto no tiene pies, ni cabeza. Cuando hay una razón de que las personas andaban metidas en algo... pero esto es un asunto de robo, no valía la pena que les hicieran algo tan atroz”, dijo José María.
— “No hay palabras para agradecerles a las personas por el apoyo que nos han dado, porque el dolor que uno siente en este momento es demasiado grande”, dijo José María Quesada, tío del mecánico.
Tremendo golpe
Quesada contó que el jueves 14, César fue a la finca de Sandusky para hacer un trabajo mecánico en un “backhoe” pero no pudo terminarlo y decidió ir este domingo para salir de eso y de paso aprovechar el día junto a sus seres queridos.
Don José María dijo que su hermano Eladio Quesada empezó a preocuparse por su hijo y por quienes lo acompañaron en horas de la tarde del domingo pues no regresaban para compartir el quequito que habían comprado porque él --Eladio-- cumple años este martes y le iban a festejar por adelantado.
“Ya como a las ocho de la noche me llamó porque él no tenía el número de Steph, entonces yo lo llamé (a Sandusky) y me pareció extraño que no contestara, por eso a las ocho y media de la noche decidimos irnos para allá y descubrimos lo que pasó”.
“A mi hermano le iban a celebrar el cumpleaños el domingo, ese fue el ‘regalo’ de cumpleaños que le dieron, matarle al hijo, al nieto y a la nuera”, dijo.
— “Con Stephen tenía una relación muy de amigos, por eso el domingo cuando yo lo llamé a las ocho de la noche y no me respondió yo sabía que algo le había pasado, porque siempre me contestaba”, dijo José María Quesada.
No ha podido dormir
Para don José María ha sido durísimo lo que pasó. No solo perdió a varios seres queridos, sino que no puede sacarse de la mente la escena tan terrible que encontró.
“Tengo dos noches de no poder dormir nada por la imagen de ver esta gente, cómo los masacraron sin ninguna justificación.
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“Yo he visto muchas cosas en esta vida, porque me ha tocado, pero algo así es indescriptible. No hay palabras para que usted pueda decir lo que es llegar y descubrir una escena tan macabra”, recordó.
Explica que también le dolió mucho lo que le hicieron al estadounidense, a quien consideraba un amigo muy cercano pues Sandusky siempre se preocupó por su familia y mantuvo abiertas las puertas de su casa para ellos.
“Era un norteamericano que dejó su vida aquí, le vino a dar de comer a gente en Costa Rica, yo lo conozco desde hace doce años, una persona increíble, y que lo masacren en su propia finca de esta manera no tiene nombre”.
Familia muy unida
Don José María recordó a César como un hombre bueno y trabajador que se esforzó siempre para que a su familia no le faltara nada.
“Eran un matrimonio muy lindo, unas personas muy especiales, una familia demasiado unida. César era un muchacho excelente que se crio aquí, a la par mía, incluso aquí (en La Bonita de Rivas, en Pérez Zeledón) tenía el taller. Era un muchacho que solo se dedicaba a trabajar, que tenía inmensas aspiraciones.
“El hijo de él era un muchacho muy inteligente, igual que la mamá, eran personas superespeciales para todos nosotros, por eso nos duele en el alma que les hayan hecho algo así”.
El señor dijo que lo único que les pide a las autoridades es que este crimen no quede impune, como ha sucedido con otros porque su sobrino y su familia, que eran personas de bien, merecen que se haga justicia.
“Que hagan algo, por favor, si los agarran o no eso no va a devolverles la vida, pero por lo menos que se sepa quiénes hicieron esa atrocidad. Esto no lo hace un ser humano, sacrificar personas inocentes”.
El señor explicó que la familia no había definido nada en relación con los funerales porque hasta este martes les iban a entregar los cuerpos.
Por su parte, el OIJ informó que mantiene varias diligencias en la propiedad de Sandusky.