El juicio por el homicidio del finquero Jorge Jiménez Berrocal, conocido como Macho Jiménez, entró en su etapa final con la incorporación de la prueba documental.
Francisco Campos, abogado de la familia de la víctima, pidió ser su voz y leer frente a las juezas las últimas declaraciones que dijo Jiménez en el Tribunal Penal de San Carlos, cuando señaló que sintió temor por su vida debido a las amenazas que había recibido.
Esa declaración la hizo el 14 de enero del 2015, a las 9 a.m., quince días antes de ser asesinado en Tibás, San José.
Los sospechosos de ordenar la muerte de Jiménez son dos de sus hermanos; sin embargo, el proceso se lleva de momento solo contra uno, conocido como Luigi.
“El aquí denunciado es hermano mío, él trabajó para una empresa que administro en San Carlos y tuve que despedirlo por sus graves problemas de alcoholismo. Posteriormente, hace como 10 meses, hizo una estafa a una compañía donde soy el representante legal, con lo que tuve que denunciarlos penalmente ante la fiscalía de San Carlos junto a otra persona. A partir de ese momento, el imputado se declaró enemigo mío y desde entonces anda diciendo que me va a matar sin ensuciarse las manos”, fueron las palabras del finquero quince días antes de morir.
Jiménez fue asesinado el 30 de enero del 2015, en un parqueo frente a la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás, por dos sicarios que nunca fueron detenidos. La Fiscalía acusa a Luigi de haber ordenado este crimen.
La víctima antes de morir suplicó por justicia; sin embargo, él mismo señaló, estando con vida, que las autoridades costarricenses solo avanzan cuando ya hay un fallecido.
“Sería importante y yo quisiera que me brinden protección como testigo, tengo una causa aquí en donde en un momento dado (nombre del hermano acusado) ya había participado en agresiones y ahorita me mandó amenazar con un empleado mío que se llama Carlos Alberto Salazar, verbalmente me mandó amenazar: ‘Dígale a ese hijo de p.... que si se hubiera metido (se refiere a un pleito ajeno) también a él le hubiera cortado la cabeza’.
“Él y yo somos hermanos, no tenemos una relación de amigos ni enemigos, él participó en un acto en donde tuve un atentado en mi casa hace cuatro años, en donde se metieron unos sicarios a secuestrarme o matarme, pero en este país el OIJ, el Ministerio Público y con el perdón que usted se merece, hay que estar muerto para que las cosas caminen, inclusive el OIJ tiene aquí donde (nombre del acusado) reconoció y la causa nunca pasó”, dijo esa vez.
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Este viernes el juicio entrará en conclusiones y luego las juezas Cinthia Ramírez Angulo, Amelia Robinson Molina y Laura Chaves Lavagni darán su veredicto.