Elián Ramírez Duarte fue condenado a 30 años de prisión por el homicidio de su expareja, Francis León Miranda, y la bebita de 7 meses que ella llevaba en su vientre; sin embargo, el Ministerio Público no quedó satisfecho con esa sentencia, que fue dictada el pasado 8 de setiembre.
Por ese motivo fue que, el pasado 5 de octubre, la Fiscalía Adjunta de Liberia apeló el castigo, “específicamente para que se valore el tema del monto de la pena dictada”, confirmó la Fiscalía a La Teja. Durante el juicio, el Ministerio Público había solicitado 45 años de encierro.
Pero mientras hacen ese esfuerzo para que Ramírez reciba un castigo más severo, doña Erika Miranda Chaves, la mamá de Francis, solo pide que se mantenga la sentencia dictada contra el responsable de arrebatarle a su hija y a la pequeña nieta que esperaba.
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“Nosotros no estamos de acuerdo con que le pongan más años al muchacho, pero si Dios así lo quiere, así será. Yo creo que treinta años es suficiente, ese muchacho está demasiado joven.
“Somos cristianos y estamos seguros que Elián fue víctima del enemigo, se dejó ensuciar su corazón, no sabemos qué ventana tenía abierta para que el enemigo se aprovechara de esta situación”, dijo Miranda a La Teja.
“De Francis lo extraño todo, era una muchacha muy dulce”.
— Erika Miranda, mamá de Francis.
El crimen que cambió la vida de doña Erika y toda su familia ocurrió el jueves 2 de setiembre del 2021, cuando Francis, de 25 años, se encontraba en la casa de una amiga en el barrio 25 de Julio, en Liberia de Guanacaste.
La joven se iba a quedar a dormir ahí porque al día siguiente tenía una cita en el hospital de Liberia, situación que fue aprovechada por Ramírez para asesinarla de varias puñaladas porque ella se negó a regresar con él.
Solo siente compasión
En una primera entrevista con La Teja, en setiembre del 2021, doña Erika contó que no guardaba odio ni rencor en su corazón para el hombre que le quitó a su “princesita”, como le decía a Francis, y que más bien ya lo había perdonado.
La señora nos dijo que eso no ha cambiado.
“Vieras que, la verdad, lo que nosotros tenemos por él es compasión, porque el verdadero cristianismo no es de la lengua para afuera, Jesús decía que era por acciones, así lo dijo en la cruz: ‘Perdónalos, porque no saben lo que hacen’. Siempre habló del perdón y la misericordia que debemos tener hacia los demás”, dijo.
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Miranda asegura que nunca tuvo interés en que el sujeto fuera condenado a estar el máximo de tiempo posible en prisión, por eso es que ella y su familia ni siquiera presentaron una denuncia en su contra.
“Nosotros nos desligamos completamente de esa situación, pues en realidad ya lo hecho, hecho está, ya ellos (autoridades) tenían las evidencias y la información que necesitaban”.
“Nosotros no pusimos ninguna denuncia contra ese muchacho, dejamos todo en manos de Dios y de los que se encargaban del caso”.
— Erika Miranda, mamá de Francis.
Por la forma en la que ha decidido afrontar la trágica muerte de su hija, esta mamá ha recibido varias críticas, pero ella sostiene que hasta el día de hoy vive con paz en su corazón.
“No me preocupa lo que la gente dice, porque sé que he sido muy criticada, me preocupa lo que Dios siente por mí en el cielo por mis acciones en la tierra”, destacó.
Nietos fueron separados
Una situación que sí tiene consternada a doña Erika es la separación de los dos pequeños hijos de Francis, pues tras su muerte ella asumió el cuidado de su nieta de 7 años, mientras que su otro nietito, de 4 años, quedó bajo la custodia del papá, por lo que no lo ve tan seguido como ella desearía.
“La vida nos ha cambiado mucho, porque hasta este día, por esa situación, mis nietos no se encuentran, no se pueden ver. Yo lo único que le pediría a las leyes terrenales es que me ayuden a que mis nietos no pierdan el contacto y se sigan amando como los dos hermanitos unidos que eran, y que fueron separados por algo en lo que no tuvieron la culpa”.
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“La muerte de un hijo es como un asalto, te deja completamente vacío, como que una parte de ti se muere, pero Dios ha sido fiel y me ha sostenido”.
— Erika Miranda, mamá de Francis.
Por este motivo es que Miranda está tratando de encontrar un abogado de familia que pueda asesorarla, pues sabe que Francis desearía que sus hijos crecieran juntos.
“Creo que si mi hija me tuviera que pedir algo sería: ‘Esfuérzate y lógralo’, creo que esas serían sus palabras, que no deje que se pierda ese lazo entre ellos”.
Finalmente, dijo que el dolor que siente como madre, así como las ilusiones y sueños rotos que quedaron tras la muerte de su princesita, no se los ha llevado el viento, pero ha encontrado en Dios la fortaleza para seguir adelante, manteniendo la esperanza de que algún se reencontrará con su hija.