Doña María Emérita Mesén Bermúdez pasó la noche del sábado y la madrugada del domingo en vela esperando que su hijo, José Ángel Ávalos Mesén, regresara a casa tras salir del trabajo, pero lamentablemente, él no regresaría nunca más a su hogar.
José Ángel, quien trabajaba como ebanista, fue una de las tres víctimas mortales del trágico accidente ocurrido la tarde del pasado sábado 26 de noviembre, en Guachipelín de Escazú, cuando un conductor perdió el control de su carro, llevándose por delante a Ávalos y a una pareja que viajaba en bicimoto.
“Fue un golpe muy duro porque era algo que nosotros no esperábamos, él salió a trabajar y nosotros lo estábamos esperando de regreso, la bebé de él lo estaba esperando”, dijo doña María.
En el lugar del accidente, frente al centro comercial Distrito 4, fallecieron los esposos Samuel Serrano Gutiérrez, de 38 años y Maura Elins Pacheco Rodríguez, de 36; mientras que Ávalos falleció horas después en el hospital San Juan de Dios.
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En cuanto al hecho, se supo que el carro era conducido por un médico pensionado, de 72 años, quien al parecer habría perdido el control de su carro tras sufrir un problema médico. Se supo que antes del fatal hecho el hombre ya había chocado con al menos dos carros.
Recién salió de trabajar
Doña Emérita contó que Jośe Ángel se ganaba la vida como ebanista desde hace algún tiempo, tras haber estudiado por tres años en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Además, en ese lugar obtuvo un título como chef, pues la cocina era otra de sus pasiones.
Ávalos, quien era vecino de Desamparados, había sido contratado en Guachipelín de Escazú para participar en la remodelación de una casa y según su madre, él debía realizar trabajos en algunas puertas y muebles de dicha vivienda.
“Él salía de aquí pasaditas las cinco de la mañana, porque tenía que agarrar dos buses, luego salía de trabajar a las cinco de la tarde, pero ese día (sábado) salió a las cuatro, me imaginó que la parada del bus estaba cerca y ahí fue cuando ocurrió el accidente”, contó la señora.
Hasta ese momento, doña Emérita y su familia no sabían lo que le había pasado a José Ángel, quien fue llevado en condición delicada al hospital.
Aungustia crecía
Doña Emérita contó que ella y su familia empezaron a preocuparse cuando notaron que habían pasado varias horas y José Ángel no llegaba, algo que no era común en él.
“Nosotras (ella y su nuera) estábamos esperando a que llegara, pasaban las horas y nada. Le puse un mensaje, preguntándole a qué hora iba a venir, pero salía que la última vez que se metió a WhatsApp fue a las 5:43 a.m.”.
Mesén pasó la noche del sábado y parte de la madrugada en vela, hasta que finalmente decidió acostarse, con la esperanza de que su hijo llegara con bien.
“Me desperté a las 6:30 a.m., cuando escuché una alabanza que él ponía como para dispersarse y sonó como una llamada, entonces pensé que ya había llegado, ese fue mi consuelo”, agregó.
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Sin embargo, a las 9:30 a.m., del domingo se dio una situación que de nuevo le robó la paz a doña Emérita, cuando su nuera le dijo que José Ángel no había regresado.
Se confirmó lo peor
En su corazón doña María empezó a sentir que algo malo le había pasado a su hijo, por eso decidió alistarse, por si debía salir, pero al final la peor de las noticias terminó por llegar.
“Cuando salí del baño escuché a mi otro hijo, Luis Antonio, llorando, en ese momento a mí se me vino el mundo encima. Mi nuera estaba afuera diciéndole: ‘¡Dígame qué pasó, dígame qué pasó!’, pero él estaba hablando con los del San Juan de Dios, que fueron los que le dijeron lo que había pasado”, contó Mesén.
Una de las cosas más dolorosas para doña María y sus seres queridos fue el hecho de que no pudieron estar junto a José Ángel en sus últimos momentos de vida, pues él falleció a eso de las 7 p.m., del sábado.
“Le pedí a Dios que me diera fortaleza, porque antes de que pasara todo, sentía muchas cosas en mi corazón, y le pregunté: ‘Señor, ¿iré a soportar un golpe tan fuerte?, y gracias a Dios sí fue así, porque lo que me preocupaba es que me diera un infarto”, contó.
La mamá contó que le dieron el último adiós a su hijo el pasado lunes, en el cementerio de Desamparados.
Necesitan ayuda
Doña Emérita contó que su hijo era padre de una bebé y de dos hijos que tuvo de una relación pasada, quienes dependían directamente de él, por lo que debido a su muerte necesitan ayuda para apoyar a su familia.
“Él tenía tres hijos, el mayor tiene 17 años, el segundo tres y la bebé cumple el próximo 6 de enero, dos añitos. La esposa de él es discapacitada, tiene una condición en las piernitas y la tienen que operar, la bebé también tiene esa condición”, agregó.
Si usted quiere aportar alguna ayuda a la familia de José Ángel puede comunicarse con su mamá, doña María Emérita, al teléfono 8787-6150, el cual también cuenta con Sinpe Móvil.
En cuanto al conductor que provocó la tragedia, la madre dijo que lo que piden es que se investigue lo sucedido.
“Lo que pedimos es que se haga justicia, porque (el conductor) no dejó a uno solo, dejó a muchos solos, no solo le causó daño a nuestra familia, sino también a los seres queridos de ese matrimonio”, destacó Mesén.