Doña Betty Ortega ya no sabe lo que es celebrar el Día de la Madre, su cumpleaños o la Navidad, esto desde que un fatal accidente de tránsito le arrebató a una de sus hijas: Saray Ríos Ortega, de 25 años.
La muchacha cumplirá seis años de fallecida y todo ese tiempo esta familia ha esperado por justicia. El fatal hecho ocurrió la noche del 26 de octubre del 2016, frente al edificio de Derecho de la UCR, en San Pedro de Montes de Oca.
La ilusión por estas fechas festivas no solo la perdió esta mamá, sino toda su familia, quienes con cualquier anécdota pequeña recuerdan el gran amor que les entregaba Saray, quien estaba por graduarse como licenciada en Dirección de Empresas en la Universidad de Costa Rica (UCR).
La joven estaba junto a su mejor amigo, Arturo Mancía, en la acera, esperando que el semáforo se pusiera en rojo para cruzar la calle, cuando un conductor de apellido Cortés, quien viajaba en sentido San Pedro - Guadalupe, aceleró y golpeó a otro carro (un Hyundai), el cual finalmente los atropelló a ambos, ella murió en el sitio debido a los fuertes golpes.
El semblante de doña Betty y de su esposo, Roberto Ríos, ya no es el mismo, para ellos es inevitable que se les vengan las lágrimas cuando mencionan a Saray.
“Ay, imagínese usted, ¿qué recuerdos puede tener uno, verdad? (Como mamá) no olvidarla en ningún momento. Le estuve diciendo a ella (señalando a su otra hija, Lady Ríos) que ni me acordaba que era el Día de la Madre, porque cuando ella estaba, lo primero que hacía todos los días en la mañana era la llamadita para uno y todo esto hace recordarla”, expresó esta valiente mamá que trata de ser fuerte por sus otros hijos.
Mientras ella describía ese dolor, su esposo no dejaba de limpiarse las lágrimas con un pañuelo.
David Ríos, hermano de Saray, señaló que su hermana menor les enseñó a ser personas de mucho respeto, ella tenía carácter, pero sobre todo mucho amor por la gente. A veces cuando recibe un mensaje de su mamá Betty y ella le reclama porque no respondió tan rápido, de inmediato piensa en su hermana.
“Cuando mi mamá me manda un mensaje y me dice: ‘No me respondió', quizás lo leí, pero voy manejando y no lo respondo... (Recuerda que) Sarita me mandó un mensaje un día antes y no se lo pude responder y cada vez que veo un mensaje (choca sus manos), uff eso sucede”, expresó con voz quebrada.
Lady también llora al traer a su memoria la última conversación con su hermana, a quien veía como una hija.
“Yo hablé con Saray a las 7:47 de la noche (el día del accidente) y me dijo: ‘Le, no me escriba más porque tengo mucha hambre, voy a ir a cenar. Saber que mi hermana a las 8 de la noche falleció, ¡iba a cenar!”, recordó.
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Solo quieren ver la justicia
El juicio por la muerte de Saray estaba programado para este viernes 12 de agosto en el Tribunal Penal de Goicoechea, pero el abogado del imputado se incapacitó 11 horas antes del inicio.
No es la primera vez que suspenden este debate, la pandemia también ha sido culpable, pues en un principio estaba para el 2020.
Lady y David aseguran que eso ha sido un desgaste mental, pero que seguirán hasta el final por Saray.
“Mucha gente nos ha preguntado que si queremos verlo preso (al acusado) y lo que he dicho siempre es que quiero justicia, sabemos que él cometió una imprudencia, una persona que anduviera manejando normal... (mueve la cabeza en negación, dando a entender que no habría pasado la fatalidad)”, dijo la hermana.
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Lady de inmediato recordó que ese fatal día, ellos estaban en Barbilla de Batán, donde vive la familia.
“A las 12 de la noche recibimos la llamada, llegó mi mamá gritando: ‘Me la mataron, me la mataron’, no sabía qué había pasado, yo le decía: ‘Mami qué pasó'. Mi papá corría por la finca a esa hora de la noche. Entonces queremos justicia, que ese dolor que hemos sentido se pague”, señala con voz triste.
La hermana también dice que ya no celebran ninguna fecha especial.
“Le soy sincera, desde que pasó eso (el accidente), cuando cumple años mi mamá trato de no llegar donde ella, porque yo sé que ella, a como espera mi llegada, esperaba siempre esa llegada o llamada (de Saray), trato como que todo ya sea diferente, entonces que no sepa el día que es.
“Ya no es igual, todo cambió, se lo puedo decir porque quizás usted tendrá hermanas, pero Saray fue algo muy especial, vivió seis años en San José y era como si estuviera en la casa (en Batán), nunca cambió”, comentó.
David concluyó diciendo que toda acción siempre tiene una responsabilidad y solo quieren cerrar el caso judicial, porque el dolor por la ausencia nunca se acabará.
“Vamos a llevar esto hasta el final. Como conductor me puede pasar un accidente, pero si me sucede habrá una consecuencia por lo que sucedió. Lo que queremos es que se cierre lo que tiene que cerrarse en un tiempo determinado y no se siga alargando esto”, aseguró.