Kilian Ramírez Madrigal, de 9 años, era un hermano amoroso que le gustaba pasar con su familia, con sus regalos navideños planeaban tener más juegos, sin embargo, una serie de balazos acabó con los sueños del niño al convertirse en víctima reciente de la violencia.
Él era el cuarto de siete hijos, sus hermanos menores fueron los últimos en enterarse de la tragedia, luego de que Jessica Madrigal, mamá de ellos se llenara de coraje y les explicara la razón por la cual ya no podrán jugar más con él.
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A Kilian lo despidieron ayer con una misa en Alajuelita y luego lo sepultaron en este mismo cantón.
La mamá lo recordó como un excelente hijo, que le gustaba estudiar y jugar fútbol.
“No podía sacarse las notas malas porque lloraba, le gustaba jugar mucho fútbol, era un niño bueno”, agregó.
Cada 15 días desde hacía dos años Kilian y sus hermanitos pasaban en la casa del papá, la tragedia ocurrió la mañana del 25 de diciembre anterior en San Felipe de Alajuelita, cuando el menor dormía en un camarote y, al parecer, un hombre de apellido Calderón Maltés, alias “Chavo” habría disparado contra la vivienda en la que el menor estaba, uno de los tiros llegó a la cabeza del inocente.
Jessica se enteró de la tragedia porque una hermana del papá de los niños la llamó.
“Chavo” descuenta tres meses de prisión preventiva.