Con apenas dos años y ocho meses, Reynaldo Jaddyr luchó por su vida con todas sus fuerzas mientras su mamá --Silvia Rivera Gamboa-- rezaba con fe para que ocurriera un milagro y dejara de estar en peligro.
El chiquito fue víctima del ataque de un perro y los médicos le decían a Silvia que las posibilidades de vida eran pocas.
Sin embargo, dos meses después de aquella pesadilla Reynaldo Jaddyr ya salió del hospital y, aunque el tratamiento no ha terminado, el niño se ha encargado de contradecir los pronósticos médicos. Las oraciones de la madre fueron escuchadas.
El ataque fue el 12 de noviembre del 2020 en Valle La Aurora, en el centro de Limón, y pasó así...
Silvia cuenta que además de Reynaldo Jaddyr ella tiene una bebé de once meses y el día de la emergencia estaban los tres en la parte trasera de la casa.
“El perro era de nosotros, se llamaba Rocky, le gustaba agarrar las gallinas, por eso lo teníamos amarrado detrás de una cerca. Yo estaba bañando a mi hija y bebé (Reynaldo) me dijo que quería echarles comida a las gallinas”, recuerda la mamá.
“En ese momento uno de los gallos caminó hacia el bebé y el perro se soltó e hizo a agarrar al gallo, pero este saltó por encima de mi hijo y el perro lo agarró a él”.
Silvia comenzó a gritar, desesperada. No podía dejar tirada a la bebé.
“No sé cómo pude llegar hasta el perro y le dije ‘¡Rocky, suelte a Jaddyr!’ y ahí fue donde lo soltó”, añade.
El chiquito tenía muchas mordeduras y lo llevaron de inmediato al hospital Tony Facio. Como las heridas eran graves --sobre todo las del tórax y la garganta-- lo mandaron en un vuelo ambulancia hasta el hospital de Niños.
Poco después al perro lo mataron los vecinos.
“Rocky había sido rescatado hacía tres años, era un cruce de stafford”, detalla Silvia.
Podía morir
La información que le dieron luego la puso muy triste.
“Me dijeron que estaba muy grave, intubado, que no había nada que hacer, que debía tener mucha fe y eso fue lo que pasó conmigo. Mi fe en Dios fue grande y es la que mueve montañas. Sabía que Diosito me lo iba a levantar de ahí aunque los doctores me decían que bebé en cualquier momento se nos iba a morir o que si vivía iba a quedar con muchas secuelas”.
Reynaldo Jaddyr estuvo 22 días en cuidados intensivos. Tuvieron que operarlo en la garganta y en el cráneo.
“Lo tuvieron que operar en la cabeza porque tenía un daño cerebral y una parálisis”, detalla la mamá.
Pero el chiquito luchó y poco a poco fue evolucionando aunque presentaba secuelas.
“No podía mover la parte derecha del cuerpo, no veía, no caminaba y casi no podía hablar, pero ahora (dos meses después del ataque) hace de todo, puede ver y sigue recibiendo terapias para ir mejorando la forma de caminar.
“Es un avance luego de verlo tendido en la cama, ahora ya puede moverse, no tiene secuelas en el cerebro porque sigue siendo el niño inteligente, todo lo aprende”, cuenta Silvia con orgullo.
Le dieron la salida del hospital hace poco, el 21 de enero, pero el tratamiento sigue y le faltan otras cirugías.
De momento come por una sonda, pero más adelante ya podría hacerlo de manera normal.
Silvia que explica que debe licuar todo lo que va a darle y mezclarlo con galletas María.
“Las comidas son líquidas, come muchas verduras combinadas con galleta. Cada tres días gasto al menos quince paquetes”, menciona.
El 24 de marzo el valiente Reylando tiene una cita para ver cómo va el proceso de recuperación. La familia sabe que el camino que queda es largo, pero hará todo lo que puedan para que el chiquito esté bien.
El 17 de abril cumplirá tres añitos, algo que les ilusiona mucho después de haberlo visto tan malito.