Esta celebración de fin de año será muy especial para doña Leda Valenzuela, porque disfrutará del mejor regalo de todos: estar junto a su amado hijo Luis Rodríguez Valenzuela, a quien temió perder para siempre en enero de este año.
Luis y su amigo Johnny Sánchez Quesada lograron sobrevivir cuatro días y tres noches a los intensos fríos y a los peligros que existen en el cerro Dantas, en San Rafael de Heredia, donde estuvieron perdidos luego de salirse de uno de los senderos.
Los dos muchachos se perdieron la mañana del sábado 23 de enero y fueron rescatados por la Cruz Roja el martes 26 a las 8:08 a.m. Unos socorristas los habían visto desde un helicóptero cerca del río Patria y fueron por ellos.
“Cuando se cumpla el año (de haber sido encontrados) pensamos hacer algo; cuando mi hijo apareció las tías le dedicaron una misa y luego nosotros, como papás, le dedicamos otra y aprovechamos e hicimos el rosario del Niño. Ahora que se cumpla el año también quiero celebrarlo porque de verdad hay que darle gracias a Dios”, dijo la señora.
— "A mi me encanta la montaña y seguro mi hijo salió a mi en eso", dijo Leda Valenzuela.
Han regresado
Pese a los momentos de preocupación y miedo que vivió por la desaparición de su hijo, doña Leda contó que ella y su familia no le guardan ningún resentimiento al cerro Dantas, de hecho lo siguen visitando porque es una zona que siempre les ha encantado.
“Mi esposo y yo visitamos cerro Dantas como un mes después de que pasó eso (el extravío del hijo), quisimos ir para darle gracias a Dios, primeramente, y también agradecerle a la montaña porque nos devolvió a nuestro hijo.
En el viaje que realizó con su esposo, doña Leda terminó de confirmar que lo que su hijo y su amigo fue un milagro; ella, que iba bien equipada con varios abrigos, sintió demasiado frío, pudo imaginar lo que experimentaron los dos muchachos, quienes ni siquiera tenían con qué luchar contra el frío.
“Mi hijo nos dijo que no tenía temor de nada, sin embargo sí duró tamaño rato sin ir (al cerro), pienso yo que él quiso hacerse el valiente, pero sí tuvo que haberle llegado algo. Él ya fue a cerro Dantas hace como un mes”, contó la mamá.
Muchas oraciones
Una de las cosas que doña Leda más recuerda de los días tan difíciles que siguieron a la desaparición de los jóvenes fue el enorme apoyo que ella y su familia recibieron.
Asegura que fueron centenares de personas las que oraron para que Luis apareciera con vida.
“Cuando Dios puso en mi corazón que pidiera oración a nivel general eso se desplazó como un abanico y fue para mí algo sorprendente; no tengo palabras, personas hasta de otros países me escribieron de que también estaban orando por él”, explica.
“Algo que siempre doy como testimonio es aquella paz que Dios nos dio, no le voy a decir que no lloré por mi hijo, pero también sentí una paz que estoy segura que fue Dios el que me la transmitió”.