Andrea Ortiz no sabe lo que es dormir con tranquilidad durante los últimos dos meses y medio, tiempo en el que perdió contacto con su hija, Kristel Aguilar Ortiz, de 22 años.
Kristel desapareció junto a su amiga, Nahomy Ramírez Jiménez, de 21 años, y desde entonces el paradero de ambas es un misterio.
Las autoridades judiciales las dan por muertas, debido a la gran cantidad de sangre que encontraron en la casa en la que se les vio por última vez, en Las Palmeras de Limón. Además, las pruebas de la sangre coincide con las de Kristel y Nahomy.
Andrea quisiera que las autoridades se equivoquen y que las muchachas estén vivas; pero si no lo están, afirma que quisiera darle una despedida a su hija y saber el lugar en el que descansan.
“Uno siempre tiene la esperanza de verla venir, ese es el mayor deseo que tenemos, pero con los resultados del OIJ uno quisiera que todo esto fuera mentira, que fuera un sueño.
“Pero al decir que hay tres litros de sangre de ella en la casa que allanaron, entonces uno piensa que eso no es compatible con la vida y obviamente hay mucho dolor, lo que más le pido a Dios es encontrar su cuerpo, saber dónde está, que estas personas tengan el mínimo sentimiento de decirnos, aunque sea de forma anónima dónde están enterradas para darles una santa sepultura”, manifestó la mamá.
Andrea se esfuerza, junto a su familia, para salir adelante y no ha dejado de trabajar, aunque a veces va cansada a laborar porque no logra conciliar el sueño y, además, tiene que hacerse cargo de su nieta, de 3 años, hija de Kristel.
“Perdimos la tranquilidad, a veces paso hasta una semana sin dormir y al día siguiente tengo que ir a trabajar, pasó tomando tiamina (pastilla) para rendir en el trabajo. Ahora tengo más obligaciones que las que tenía antes, tengo que hacerme cargo de mi nieta, ha sido demasiado duro no saber nada de ella (hija) durante mucho tiempo”, expresó.
Asegura que no hay momento que no la piense y quisiera tener un lugar para ir a visitarla.
“Todos los días me levanto con la fe de que las encuentren, si no están vivas quisiera un lugar al que podamos llevarles flores, que cuando la hija (su nieta) crezca sepa que la mamá está ahí y no que la enterraron en cualquier lugar o que nunca se supo su paradero, solamente que murió, lo que más le pido a estas personas es que tengan corazón y que nos digan dónde están”, suplicó esta mamá.
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Tatuajes llenos de amor
Kristel amaba tanto a su familia que llevaba en su cuerpo los nombres de sus seres queridos.
Entre estos tenía el tatuaje de su hermano, el de la mamá, de la abuelita y el de la hija.
A la familia le encantaba que ella los luciera porque sabía que era una de las maneras de expresarles amor.
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Debido a la desaparición de las muchachas, hay dos hombres en prisión preventiva, se trata de Venegas, un sujeto que agarraron cuando pretendía viajar hacia Colombia, y de otro apellidado Vanegas, quien cayó en San José.
Andrea luego se enteró de que Venegas había sido vecino de ella, cuando este era un niño, vivía en la parte trasera de su casa, cuando ella también era menor de edad, pero nunca tuvieron amistad, sobre todo por la diferencia de edades, ya que Andrea es seis años mayor que uno de los sospechosos de matar a su hija.
Además, dos hondureños son buscados por participar en la desaparición de Kristel y Nahomy, uno de ellos es José Freddy Luna Valle señalado en medios de comunicación de su país como un sujeto muy violento.