Mínimo una vez a la semana, doña Yendry Vásquez, mamá de Allison Bonilla, visita la tumba de su hija.
Ella va con frecuencia al cementerio de Birrisito, en Paraíso de Cartago, para mantener limpio el terreno en el que reposan los restos de su hija, y asegura que, aunque no la ve, puede sentir su amor.
“Muchas veces lo que hago es quedarme callada y contemplar, sé que está allí y le hablo desde mi mente”, expresó esta madre.
Doña Yendry decidió que una de esas visitas será este domingo 18 de julio, un día antes de que arranque el juicio por el asesinato de Allison, en el que el acusado es un hombre de apellidos Sánchez Ureña, de 28 años, conocido como Sukia.
“Sigo poniendo todo en manos de Dios, solo él es el juez”, aseguró.
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Devota a la Negrita
Esta mamá sabe que su hija era muy devota a la Virgen de los Ángeles y por eso, además, nos contó que le mandó hacer una imagen de la Negrita y el domingo 4 de julio anterior se la dejó junto al altar que le tienen en el botadero clandestino de San Jerónimo de Cachí, donde aparecieron los restos de la joven.
“Junto a una amiga mía, a quien Allison llamaba ‘tía Cin’, porque la conoce desde que nació, se nos ocurrió llevarle la Virgencita, porque ella era muy creyente y a veces mi hija hacía hasta cuatro romerías saliendo de Ujarrás”, recordó.
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Aseguró que tiene otro altar en Charrara, sitio en el que encontraron los lentes de la muchacha.
“Siempre que los limpio (los altares y la tumba), le digo: ‘Mi amor aquí estoy, vine a visitarte’. Me gusta mantenerle todo aseado y cambiarle las flores”, expresó.
Doña Yendry desea que el recuerdo de su hija siga intacto y que ninguna otra mamá llore la ausencia física de sus hijos.
Pedirán pena máxima
El juicio por el homicidio está programado para realizarse desde este lunes 19 hasta el viernes 30 de julio, en el Tribunal Penal de Cartago. Las juezas Magaly Orue y Jenny Almendaris, así como el juez Franklin Ramírez, serán los encargados del debate. En el proceso se escuchará a 12 testigos.
Rodrigo Araya, abogado de la familia de Allison, aseguró que pedirán la pena máxima, de 35 años, por homicidio calificado.
“Estoy convencido que es un caso en que se puede aplicar la pena máxima, sobre todo por la forma en la que se deshizo del cuerpo”, señaló el abogado.
También interpusieron una acción civil, pero no trascendió el monto. En caso de que la familia obtenga dinero, este será destinado a alguna institución o fundación que se dedique al cuido de las personas.
Sukia intentó someterse a un proceso abreviado, tras aceptar su culpa en la primera audiencia de medidas cautelares, pero la única forma en que la Fiscalía hubiera aceptado era que el tipo fuera condenado a 35 años de cárcel, pero el acusado finalmente no estuvo de acuerdo.
Allison fue vista por última vez el 4 de marzo, cuando regresaba a casa luego de estar donde la suegra.
Durante seis meses, soportando el dolor por la ausencia, la familia siguió buscándola y sus peores temores se convirtieron en realidad el 27 de setiembre, cuando un tío encontró una blusa y un zapato que le pertenecían a Allison, en el basurero clandestino de San Jerónimo de Cachí.
Al día siguiente, el OIJ y miembros de Rescate Urbano encontraron más restos.