Paula Vado Calvo se desvivía para que a su mamita, de 76 años, no le faltara nada, pero lamentablemente su hija ya no podrá seguir cuidándola por culpa de dos asaltantes que le arrebataron la vida de una puñalada en la espalda para robarle su bolso.
Vado, de 36 años, se esmeraba en cuidar y chinear a la señora desde que ella perdió gran parte de la movilidad de su cuerpo debido a un derrame que sufrió.
El fatal hecho sucedió este sábado pasadas las 9:30 de la noche en Pacayas de Alvarado, en Cartago, específicamente 25 metros al este de la estación de Bomberos.
Como si el golpe no fuera lo suficientemente duro para la familia, la hermana de Paula, cuya identidad nos reservamos, presenció el ataque, pues ocurrió cuando ambas regresaban del trabajo.
Según la oficina de prensa del OIJ, al parecer, la mujer fue interceptada por unos sujetos que en apariencia, le quitaron el bolso y la hirieron con un cuchillo en la espalda, para luego darse a la fuga.
Pocos minutos después Vado fue atendida por un grupo de paramédicos, pero lamentablemente ya no había nada que hacer por ella.
La oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública informó que poco después del ataque unos uniformados detuvieron a dos sospechosos de apellidos Solano y Moya, de 19 y 18 años respectivamente, quienes quedaron a las órdenes del Ministerio Público.
Vado trabajaba como operaria en la empresa Caminos del Sol S.A., la cual se dedica al procesamiento de plátano, exportación de piña, pulpas y salsas para pastas.
Mamá lo era todo
Una prima de Paula, quien pidió que su nombre no fuera publicado, contó que los asaltantes que atacaron a Vado no le robaron ni un cinco, porque al ver la torta que se habían jalado huyeron con las manos vacías al dejar el bolso tirado.
“Mis primas venían del trabajo, entiendo que las iban a asaltar y al final lo que hicieron fue hacerles el daño, porque a mi prima, la que sobrevivió, le devolvieron todas las pertenencias de Paula. Si usted trabaja de noche y sabe que tiene que caminar, solo carga solo lo necesario”, dijo.
Paula fue descrita por su prima como una mujer muy valiente, honrada y de buen corazón, para ella su mamá lo era todo en esta vida.
“Ellos eran tres hermanos; dos mujeres y un hombre, pero ella era quien veía por mi tía, porque la hermana mayor tiene una hija, así que es más complicado y mi primo también (tiene un hijo). Paula no solo velaba por la manutención de mi tía, sino que la ayudaba en todo, pues mi tía está muy enferma debido a un derrame que le dio hace unos años y le cuesta mucho moverse”, detalló.
Una compañera de trabajo de Vado, quien pidió que su identidad no fuera revelara, contó que ella conocía a Paula desde el 2019 y siempre la vio como una mujer muy trabajadora y que se preocupa por hacer las cosas de la mejor forma en su trabajo.
La mujer también contó que una de las pasiones de Paula era ayudar a los demás, por eso formaba parte de la brigada de primeros auxilios de la empresa, incluso en su perfil de Facebook hay varias publicaciones sobre lo orgullosa que se sentía de participar en ese grupo.
Paula también era amante de las artes marciales, especialmente del Tang Soo Do (karate coreano) el cuál practicaba desde hace más de tres años. En sus redes sociales compartió varias fotos entrenado y participando en torneos.
Mucho temor
La comunidad de Pacayas está muy afectada por lo que le ocurrió a Paula, especialmente porque la consideraban como una muchacha muy casera, que no se metía con nadie.
Una vecina contó que la situación con los maleantes ha venido de mal en peor en esa localidad, pues a ellos no les importa herir a los demás con tal de echarse algo a la bolsa.
“Aquí se ha vuelto un lugar muy inseguro porque los que consumen droga lo han vuelto así, asaltan de día y de noche. A una familiar la asaltaron en ese mismo camino y hace una semana le pegaron un buen susto a una vecina, ellos buscan lo fácil para poder consumir drogas”, contó la mujer.
Otra vecina dijo que los problemas de inseguridad han empeorado debido a que en el barrio se formaron dos bandas dedicadas a la venta de drogas, cada una conformada por seis muchachos.
“Todos en el pueblo sabemos quienes son, pero por temor a represalias la gente no los denuncia”.