Una serie de llamadas entrantes y salientes a Estados Unidos fueron detectadas por la Policía de Migración en la investigación contra el sacerdote de apellidos Brenes Villalobos, acusado de tráfico ilícito de migrantes, en la modalidad de tráfico de nacionales y abandono de incapaz.

El cura Brenes es acusado de abandonar a su sobrino de 6 años en el desierto de Arizona, Estados Unidos, en el 2018. Dejándolo solo con una botella con refresco, un bolso y un papel que decía: “Voy buscando a mi mamá”.

El juicio contra el cura inició a las 8 a.m. de este martes 18 de abril, en la sala 5 del Tribunal Penal de San José.

Paula Aragón, de la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, considera que el actuar del sacerdote, al abandonar al menor en el desierto, puso en peligro al niño, al dejarlo a su suerte.

El pequeño fue rescatado por agentes federales el 19 de junio del 2018 y él les dijo que fue llevado hasta ese sitio por uno de sus tíos, quien le habría dicho que caminara y que posteriormente iba a ser rescatado.

El primer testigo de este debate fue Gerardo Alonso Arias, quien es investigador de la Policía de Migración, él recibió por parte de su superior el nombre del niño y del tío (el sacerdote) para determinar los movimientos de ellos. La investigación la iniciaron a partir del 21 de junio del 2018.

Arias confirmó que el niño tenía permiso de salida del país autorizado por sus padres a principios del 2016, cuando le sacaron el pasaporte.

“Se logra observar que el permiso de salida del menor estaba otorgado a una serie de familiares, entre estos (nombre del sacerdote) Brenes Villalobos”, afirmó.

El testigo agregó que en la investigación determinaron que los padres no se encontraban en territorio nacional. El papá, Juan Carlos Brenes Villalobos, salió en el 2016 hacia México y no había regresado.

Mientras que la mamá salió en el 2017 con destino a Estados Unidos y no refleja movimiento de entrada a Costa Rica hasta la fecha.

La investigación la continuaron y la Policía de Migración detectó llamadas entrantes y salientes al teléfono del sacerdote, que eran desde Estados Unidos.

Una de estas fue la madrugada del 18 de junio del 2018, justo el día que salió el sacerdote junto a su sobrino hacia México.

Además, mediante los videos de seguridad confirmaron que hubo otra llamada desde Estados Unidos.

También el 21 de junio del 2018, cuando el cura regresó al país, hubo otra llamada de un número estadounidense al del religioso.

Demostrará inocencia

Sebastián Mesen, defensor del sacerdote, asegura que demostrarán la inocencia del religioso.

“Vamos a demostrar que el sacerdote no cometió ningún delito, que la acusación se ha basado en una investigación que no fue profunda ni consultaron fuentes confiables”, señaló Mesén.

Afirmó que es real que el sacerdote llevó a su sobrino hasta México, pero el trasfondo del problema es lo que no quieren sacar a la luz.

Indicó que la declaración del papá del niño y la del sacerdote van a aclarar todo lo que ocurrió.

El juicio contra el sacerdote se lleva a cabo en el Tribunal Penal de San José. El cura afirmó que está residiendo en la casa cural de Bagaces de Guanacaste, no obstante no está ejerciendo su vocación.