Los ladrones no se ponen sentimentales cuando se trata de “trabajo” y eso lo demostró un maleante que dejó al pequeño Samuel Jiménez, de 4 añitos, sin su carretillo de lata, uno de sus juguetes favoritos y con el cual llevaba cositas de un lado a otro de la casa.

La tristeza que siente el güila es compartida por sus seres queridos pues este carretillo es más que un juguete para ellos, ya que ha acompañado a los miembros de la familia durante 37 años, así que lo consideran parte de su historia.

Así lo contó Ronny Jiménez, papá de Samuel, quien dijo que en su familia están muy dolidos por el robo y que les preocupa no poder recuperar el preciado carretillo, el cual pasaba de generación en generación.

“Es un carretillo pequeño que tiene un enorme valor sentimental para la familia, porque ha estado con nosotros desde hace tres generaciones, lo usaron unos primos míos que ahora son mayores, lo usé yo chiquitillo para jugar que iba a vender elotes y chayotes, y ahora lo usaba mi hijo Samuel”, contó.

Robo silencioso

Ronny contó que el carretillo fue robado hace poco más de una semana del patio de su casa, ubicada en Platanares de Moravia, en San José. Aparentemente el delincuente se metió de noche.

“Se robaron un abono para las plantas, una ropa que teníamos tendida y unas tenis, pero lo que más nos dolió fue el carretillo”, añadió.

Jiménez dijo que esta no es la primera vez que un ladrón los hace pasar un mal rato, pues en diciembre del año pasado otro maleante se metió al patio de la vivienda para robarse una ropa que tenían secando.

“Gracias a Dios no nos han robado grandes cosas, pero nos hemos dado cuenta que a otros vecinos les han robado hidrolavadoras, plantas y ropa o les han tachado los carros para quitarles el radio.

Triste noticia

Uno de los momentos más difíciles para Ronny fue darle la difícil noticia a su pequeño hijo, quien no entendía cómo era posible que alguien le robara su preciado juguete.

“Tuvimos que contarle a mi hijo que se lo habían robado y fue muy complicado, de hecho los primeros días no le habíamos dicho nada con la fe de que apareciera.

“Se puso muy triste porque era uno de los juguetes que él más quería, tiene muchos juguetes, pero a este le tenía un cariño especial. Para él era muy significativo porque lo podía ensuciar, echarle naranjas, chiverres y otras cosas”, detalló Jiménez.

A diario el pequeñito pregunta por su carretillo y con todo el dolor del alma su papá tiene que responderle que aún no saben nada. Ante esta situación Ronny ha hecho todo lo posible por localizar el juguete, pero aún no ha recibido buenas noticias.

“El carretillo es un regalo que mi papá siempre ha cuidado mucho precisamente por ese valor sentimental que tiene para la familia. De hecho, papi lo tuvo guardado en su casa por mucho tiempo hasta que Samuel empezó a caminar, ya luego andaban los dos en la finca, cada uno con su carretillo”, dijo Jiménez.

Más seguridad

Con la esperanza de encontrar alguna respuesta sobre el paradero del carretillo, Jiménez compartió su historia en redes sociales, pero más bien se topó con la sorpresa de que no ha sido la única víctima de los ladrones.

“Después de la publicación que hice en Facebook para pedir la colaboración de los vecinos, muchas personas de Paracito, San Jerónimo, La Trinidad y otros lugares me han escrito para contarme que en las últimas semanas les sucedió lo mismo”.

Ronny dijo que los vecinos sienten que la situación se está agravando en toda esa zona, por lo que están pidiendo mayor presencia policial, antes de que esto se les salga de las manos.

La Teja consultó al Ministerio de Seguridad Pública sobre si tenían información acerca de un incremento de robos a viviendas en esa zona, pero respondieron que los datos que manejaban no reflejaban esa situación.