El dolor, la angustia y la tristeza acompañan a diario a la familia de Karolay Serrano Cordero, la joven de 25 años que estuvo desaparecida seis meses.
Y decimos estuvo porque este jueves 13 de febrero el OIJ detuvo a los sospechosos de su muerte.
La familia Serrano Cordero, vecina de La Milpa de Heredia, espera con ansias que pase el tiempo para que conocer el resultado de las pruebas hechas a los huesos encontrados en las faldas del volcán Barva.
Un golpe sacudió a la familia de Karolay desde el momento en que se supo que el OIJ ya no buscaba a la hermosa joven con vida sino un cuerpo en la inmensidad de una zona montañosa.
Para el OIJ, el móvil del asesinato de Karolay está claro: un hombre de apellidos Cubillo Hidalgo y 21 años mantenía una relación con ella y a la vez con otra mujer, con la que incluso vivía. Aparentemente Karolay deseaba que la relación entre Cubillo y ella fuera pública, pero él se negó y llegó a pagar para que la mataran.
Cubillo Hidalgo pasará seis meses en prisión preventiva. A otro hombre de apellidos Soto Rodríguez y 19 años le metieron también seis meses y un joven de 18 años, que era menor de edad cuando se dio el homicidio, estará tres meses en la cárcel.
Dos menores de edad más que fueron arrestados quedaron en libertad, pero siguen bajo investigación.
El OIJ no solo dio con restos humanos, ropa y tenis de Karolay, sino también con un carro blanco (propiedad de Cubillo) al cual ella subió el último día que la vieron con vida, el 12 de agosto del 2019.
El nombre de Karolay Serrano se hizo muy conocido en el país desde aquel día, cuando empezamos a oír de ella y supimos que era mamá de una niña pequeña.
Esa chiquita, ahora de 4 años, aún espera que su mamá llegue a la casa para enseñarle algunos juguetes que le han regalado, abrazarla, besarla y jugar, como acostumbraban hacer.
Para conocer mejor a Karolay La Teja habló largo y tendido con doña Rosmery Cordero, su mamá, con la idea de que el nombre de la joven y su historia no sean solo un número más en la lista de las mujeres asesinadas.
-Doña Rosmery, ¿cuándo nació Karolay?
-El 21 de diciembre de 1993, qué difícil porque ya las navidades no serán tan felices, ella era mi hija mayor, tiene cuatro hermanos más.
-¿Cómo fue el embarazo de esa primera hija?
-Fue normal, yo tenía mucha ilusión, ella es hija de mi primera pareja y lo difícil fue que tuve que dejar a su papá porque yo era víctima de violencia y quise alejarla a ella de todo eso... y vea.
Mi segunda pareja era para ella su papito, vivimos ocho años juntos, nos dejamos, pero Karolay lo seguía viendo. Yo ahorita tengo otra relación de muchos años.
-¿Cómo era Karolay, cómo la describiría?
-Era una mujer que adonde llegaba era el alma de la fiesta, la gente la quería mucho. Era muy coqueta, no salía sin aplancharse el pelo. Todos le decían Karola, sus hermanos le decían “la narizona“. Era dormilona, siempre le agarraba tarde y era muy amistosa.
-¿Cómo fue la infancia de su hija?
-Dura porque éramos una familia muy humilde. Ella salió terca para estudiar y llegó hasta sétimo, pero aún tenía la esperanza de graduarse de abogada algún día. Ella llevó cursos de uñas y pelo.
-¿Desde hace cuánto ella vivía sola?
-Tenía un año, pero vivía muy cerca de mí porque yo le cuidaba a mi nieta.
-¿Dónde trabajaba?
-En la Bimbo, era operaria.
-¿Usted conocía a quien es hoy el sospechoso de mandar a matarla?
-No, yo no sabía nada de él. Karolay me tenía respeto y cuando ella sabía que una pareja de ella no me iba a gustar o no me parecía, no me decía nada para no preocuparme. Ella sabía que yo me iba a enojar.
-¿Cuál fue el momento más feliz que usted vivió con su hija?
-Sin duda el nacimiento de mi nieta, yo compartí todo con ella y la acompañé. Le voy a contar que cuando ella quedó embarazada del papá de Amanda, ella no sabía cómo decirme y le dijo a su tía que me dijera porque sabía que me iba a enojar.
Yo estaba embarazada de mi hijo menor, pero yo la apoyé, cuando estuvo lista para el parto y yo sabía que le faltaban horas para que la bebé naciera, ahí estuve con ella. Cuando Karolay recibió a Amanda recién nacida lloraba desconsolada y era de la emoción y del amor que tenía.
-¿Había algo que Karolay quería hacer?
-Sí, ella estaba comprando los muebles de la casa un mes antes de desaparecer. Compró los sillones y yo le dije que me sentía orgullosa de ella y de lo que estaba haciendo.
-¿Cómo era ella con usted?
-Especial, amorosa, me pasaba trayendo cosas y si ella tenía que dejar de pagar algo por ayudarme lo hacía. Ella es, y será, siempre mi ángel.
-¿Karolay era una buena mamá?
-Sí, era muy amorosa, por eso Amanda la extraña tanto.
-¿Cómo es la relación de su nieta con el papá?
-Ella tiene un papá maravilloso, un muchacho muy bueno, responsable y la mamá de él es un apoyo para mí, a ellos les ha dolido mucho lo que ha pasado.
-¿Qué va a pasar con Amanda?
-Ya el PANI vino para intervenir, Amanda pasa conmigo, yo dejé el trabajo para cuidarla, pero la otra abuelita y el papá también la cuidan, ellos la adoran. Solo le puedo decir que Dios lo hace todo perfecto. Amanda es una copia de Karolay y me ha permitido no solo cuidarla sino tener la oportunidad de cambiar con ella cualquier cosa que no hice con mi hija.
-¿Cuando su hija desapareció usted sospechó de algún hombre?
-Yo pensaba que ella iba a regresar viva, pero sí en algún momento pensé si algún hombre obsesionado se la había llevado porque ella era muy bonita. Yo trataba de ser positiva.
-¿Dónde fue lo más lejos que llegó a buscarla?
-Desamparados, Alajuelita y Pavas. Caminamos durante horas hasta llegar al Psiquiátrico y hasta entramos a buscarla. Varias veces me llamaron para decirme que la vieron en San Carlos y en Limón y a la página de Facebook Buscamos a Karolay nos llegaba mucha información, hasta fotos de muchachas parecidas.
-¿Cómo se sintió al saber que el OIJ buscaba el cuerpo de su hija?
-Sentí horrible, pero me fui a buscarla. Llegué a ese lugar (en las faldas del Barva) y le dije a Dios ‘dame una luz’, nos metimos hasta en unas cuevas de conejo y el grupo que iba con mi esposo encontró unos huesos, pero al final eran de un animal.
-¿Después de ese día volvió a ese sitio?
-Sí, claro. Cuando supe que estaban buscando otra vez y encontraron un jeans y unas tenis y me llamaron del OIJ para preguntar cómo eran los pantalones que ella usaba.
Esas tenis negras que encontraron ella se las había ido a comprar hacía un mes a San José conmigo. Yo me fui (al lugar de la búsqueda) y aunque no me dejaron pasar yo llegué (después) hasta donde encontraron todo eso, los restos, y sentí terrible.
Tenía un nudo en la garganta y pensé que la tiraron ahí como a un perro para que se la comieran los animales, pero también sentí paz de saber qué pasó. Desde que encontraron el cráneo y el pelo no he podido dormir, me despierto y solo en eso pienso.
-¿Qué le han dicho a Amanda de su mamá?
-En su inocencia de niña no le ocultamos nada, no le hemos dicho que ella murió porque en mi corazón de madre aún me queda una esperanza de que no sea Karolay aunque todo diga que sí.
En diez semanas, cuando tengamos confirmación, le diré, pero le pido a Dios seguir siendo fuerte. Ella siempre me dice ‘mami, mi mamá sigue desaparecida’. Ella me dice que la quiere llamar y le manda mensajes de voz por Whatsapp para que cuando aparezca los oiga. Algunos mensajes dicen ‘mamá, ¿por qué estás desaparecida?’ o le dice ‘mamá, yo oro para que tú regreses’.
-¿Cómo se prepara usted para cuando estén los resultados de las pruebas forenses?
-Estoy agarrada de Dios, no hay dolor más grande que perder a una hija. Viera que yo tenía pagado un funeral para mí, yo pensaba que para que mis hijos no corrieran si me pasaba algo. Jamás esperé tener que usarlo en alguno de ellos. Sentí un dolor terrible el jueves cuando fui a pagar lo que me faltaba.
-¿Qué cosas guarda de su hija?
-El ombligo, la pulsera de recién nacida, unas tenis blancas y todo lo que tenía en la casa que alquilaba.
-¿Ha soñado con Karolay?
-Al principio la soñaba viva, la veía muy delgada y que yo le daba sopita de pollo, que le encantaba, y le decía que ella se iba a curar. Ahora le pido a Dios poder soñar con ella, que me abrace y me diga ‘mami, esté tranquila’.
-¿Hay algo que usted quisiera decirle o preguntarle al sospechoso?
¿Por qué mató a una mujer para salvar a otra? Él dejó a mi nieta sin mamá y al hijo de él con un papá en la cárcel. No sé qué le pasó por la cabeza.
-¿Ha orado por su hija?
-Con toda mi alma y mis fuerzas y no solo yo, mi familia y en la iglesia.
-¿Cómo ha cambiado su vida con lo ocurrido?
-Aparte del sufrimiento, tuve que dejar mi trabajo de 26 años para buscar a mi hija, mi esposo había perdido su trabajo y nos veníamos levantando cuando esto ocurrió, él sospechoso me privó y privó a mi familia de que yo pueda apoyar a mi esposo con el dinero que entra a la casa porque yo me pienso dedicar a Amanda. Voy a seguir vendiendo tamales.
-¿Cuando estén las pruebas forenses le harán alguna despedida?
-Sí, queremos llevar sus restos a una capilla que nos alquilan y poder llorarla, pero en estos días vamos a vender comidas o cachivaches para poder pagar el alquiler. Ella tiene mucha gente que la quiere.
-¿Qué espera para los sospechosos de matar a su hija?
-Que se haga justicia, Dios se va encargar de todo. Mató a mi hija por una mujer, la misma que lo esperaba mientras le dictaban prisión. No queremos que mueran más mujeres, ni mi hija ni ninguno a muchacha o mujer merecen algo así, tanta maldad.