Una vida de rico es la que se daba Julio Lara Villanea, de 47 años, gracias a la venta de droga que lideraba en los barrios del sur de la capital.
Este sujeto, junto a su hermano de nombre Juan y otros seis sujetos, fueron sentenciados a 95 años de cárcel, en total, por los jueces de Pavas, se trató de la condena 385-2023.
Esta fue dictada en las nuevas salas de jurisdicción especializada contra la delincuencia especializada (JEDO), con esta pena se estrenó ese lugar.
La condena fue dictada este lunes 29 de mayo, a las 11:15 a. m., por los jueces Eduardo Rojas Saenz, Yanan Chacón Mena y Simón Guillén Solano.
“Nos encontramos en presencia de una organización criminal cuyo líder manejaba importantes sumas de dinero dentro de la zona denominado Bajo Los Lara”, dijo el juez Eduardo Rojas.
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Al líder Julio César Lara Villanea le impusieron 16 años de prisión; a su hermano Juan Lara Villanea, 15 años; a Gary Hernández Castro,12 años; a Natan Perlaza Varela, otros 12, además de tres meses de prisión por evasión; a Michael Ruiz Martínez, 9 años de prisión; a Rudiger Salas Mesén, 12 años; a Diego González Durán, 9 años y a Mario Alberto Salas Quesada, 10 años de prisión.
Los jueces solo absolvieron a uno de los acusados, de apellidos Vásquez Agüero.
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Mejoras en casas y plata en cuentas
El juez Rojas agregó que la defensa de los imputados intentaron señalar que el dinero que manejaban era por los alquileres que tenían en el precario Sagrada Familia.
“Lo cierto es y esto que tampoco suene como un tema despectivo ni nada por el estilo, tratándose de una zona como Sagrada Familia y zonas cercanas al precario Gracias a Dios, salta a la vista que los alquileres tampoco podrían alcanzar las sumas astronómicas que fueron informadas por la defensa”.
“Tenemos que tanto don Julio como don Rudy participaban de una actividad criminal que les generaba un ingreso económico y producto de ese ingreso económico, que era ilegítimo, lo incorporan al mercado lícito a través de la incorporación de las mejoras de las viviendas de Julio y de dineros a cuentas bancarias de distintas entidades bancarias”, afirmó el juez.
El Tribunal consideró de manera general que se trata de una de las organizaciones criminales más dedicadas a la venta de drogas en la zona sur de la capital (Hatillo, Sagrada Familia) movían importantes cantidades de dinero que les permitía, al menos a Julio, el líder, una vida bastante ostentosa que se refleja en la gran cantidad de joyas y la vivienda que tenía, sostuvieron.
Además, la catalogaron como una organización que manejaba importante nivel de violencia.
“Cuando estas personas se sintieron intimidadas por la presencia de oficiales de la Unidad de Vigilancia y Seguimiento, no tuvieron el mayor deparo en sacar sus armas de fuego y dispararles. Nos encontramos en presencia de una organización muy estructurada, de las más fuertes del ámbito territorial y que además actuaba bajo un gran nivel de violencia.
“Debemos recordar también que la violencia se maneja a lo interno de ellos, recordemos un evento que uno de los integrantes le dispara al otro producto de una situación de dinero, es decir, ni entre ellos mismos se tenían ningún tipo de reparo para causarse lesiones”, señalon los jueces.
Sostuvieron que esta banda tenía un mando piramidal que le respondía a los hermanos Lara.
A esta organización la descubrieron luego de intervenciones teléfonicas en las que escucharon que al comercio de las drogas usaban palabras como: mota, queta y perico.
Wálter Chaves, abogado de Juan Lara, dijo que van a apelar la sentencia.
“Hicimos una solicitud de absolutoria con base al principio de indubio pro reo, satisfechos no nos vamos. Las penas las considero un poco altas, me parece que en el peor de los escenarios, se mantuviese una condenatoria que pudiese intentar bajar”, dijo Chaves.
Los sentenciados quedaron en prisión preventiva por seis meses hasta el 29 de noviembre del 2023, que esperan que la sentencia esté en firme.