Jaffette Parra Martínez, de 17 años, había empezado a trabajar hacía dos meses con un propósito muy claro: ayudar a su papá a comprar una casita.
Jaffette es el muchacho que falleció este lunes en un accidente laboral mientras recarpeteaba una calle en San Rafael de Alajuela.
El joven decidió suspender sus estudios en el colegio porque quería ayudar económicamente a la familia y también porque quería empezar a compararse sus cosas.
“Él vivía con el papá, la mamá y tres hermanos: dos hombres y una mujer y siempre fue un muchacho bueno, nunca se metió en problemas”, dijo Diego Martínez, un tío.
“Quería ayudar en la casa y por eso empezó a trabajar, también quería comprarse una moto y una bicicleta porque yo salgo a andar en bici y él quería acompañarme en eso”, agregó Diego.
Diego recuerda que el domingo pasado llegó a la casa de su hermana Jeannette (mamá de Jaffette), se sentó en una banca y se quedó dormido.
“Mi sobrino llegó donde yo estaba y me dijo: 'diay, tío, ¿está cansado?, vaya y se acuesta un rato en mi cama'. Y esas fue las últimas palabras que yo compartí con él. Es tan duro saber que ya nunca más lo voy a poder ver, saludar, abrazar...”, añadió el tío.
El cuerpo del joven trabajador llegó a su natal Naranjo el lunes en la tarde.
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“Lo velamos en la casa de él, en El Rosario de Naranjo. Mi sobrino tenía una novia desde hace como dos años y la muchacha está muy afectada, desde que llegó el cuerpo no se separó ni un momento del ataúd.
“Hoy (martes) a las diez de la mañana lo sepultamos en el cementerio de Dulce Nombre de Naranjo”, agregó Diego.
Tragedia
El muchacho estaba trabajando para la empresa constructora Hernán Solís en la reparación de una calle en San Rafael de Alajuela cuando sufrió un el accidente.
El joven estaba manipulando una máquina hechiza de las que mezclan y calientan el asfalto y la máquina estalló. La tapa de la tanqueta salió volando y decapitó al muchachito.
Según detalló el Cuerpo de Bomberos, en la revisión que hicieron el lunes pudieron darse cuenta de que la máquina era hechiza y estaba en muy malas condiciones.
“Estas máquinas se usan para calentar el asfalto y hacerlo más líquido y por lo general tienen un termostato para regular la temperatura y una válvula de alivio para liberar presión, pero esta, como era hechiza, no tenía nada de eso”, explicó Héctor Chaves, director de Bomberos.
“También nos informaron que esta máquina funcionaba a base de gas, pero estaba mala, entonces para encenderla los trabajadores amarraban un trapo en un palo, lo encendían y con eso la prendían”, agregó Chaves.
Otra de las irregularidades en este caso es que, según la ley, una persona menor de edad no puede trabajar en construcción de calles ni mantenimiento de estas que impliquen movimiento de tierra, manipulación del asfalto, carpeteo, perfilado y reciclado de carpeta asfáltica y demarcación.
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Diego Martínez dijo que aunque aún no han hablado del asunto por estar en el duelo, pero no descartan demandar a la empresa Hernán Solís.
Empresa sigue en silencio
Desde el lunes La Teja ha intentado conversar con algún encargado de la constructora, pero ese día la trabajadora Magally Campos dijo que los gerentes, quienes son los únicos que se referirían al asunto, no estaban disponibles.
Este martes volvimos a insistir, pero se nos dijo que los altos funcionarios hablarán el lunes 2 de abril.