Yerling López, de 23 años, no solo tuvo que superar la noticia de que sus papás murieron atropellados por el mismo carro que la embistió a ella, también tuvo que enfrentar el diagnóstico de los médicos que le dijeron que sería difícil que volvería a caminar con normalidad
Pese a que sintió que el mundo se le vino encima la joven no se dejó vencer por la adversidad y contra todo pronóstico volvió a caminar con ayuda de una andadera, la cual espera dejar en poco tiempo.
“Los médicos del hospital de Guápiles me dijeron que mi recuperación iba a ser muy lenta y que iba a quedar sin caminar, pero yo dije que eso no sería así, que yo me iba a superar”, dijo la valiente muchacha.
El accidente ocurrió el pasado 4 de agosto en La Roxana de Pococí, cuando Yerling, su hermana, Lisseth, de 18 años; y sus papás Rosario Pérez, de 60 años y Santiago López, de 71, fueron atropellados por un carro que se salió de la calle.
Ese día la familia regresaba de la fiesta de cumpleaños de una nietita de la pareja de señores, quien es hija de otra de sus hijas de nombre Priscilla.
Doña Rosario falleció ese mismo día y su esposo perdió la batalla dos días después, mientras que López y su hermana fueron internadas en el hospital de Guápiles debido a que las lesiones que sufrieron fueron muy graves.
Presentía lo peor
Yerling y su hermana fueron dadas de alta del Hospital de Guápiles el 18 de agosto, la joven recordó que los primeros días que estuvo internada fueron muy duros, no tanto por las heridas que sufrió en sus piernas, sino porque sentía algo en el corazón que no la dejaba en paz.
“A mí me ocultaron por mucho tiempo la muerte de mis padres, pero yo tenía un presentimiento de que algo malo había pasado” explicó la joven.
Enterarse del fallecimiento de sus papás fue muy difícil para Yerling, pues ella anhelaba verlos una vez más, su único consuelo es que en medio de esa tragedia tuvo la oportunidad de despedirse de su papá.
“Ese día estaba en una camilla al lado de mi papá y él me dijo ‘Priscilla (hermana mayor de Yerling) te va a cuidar de ahora en adelante’, esas fueron sus últimas palabra, él se estaba despidiendo".
Yerling dijo que aún sin recuperarse de la muerte de sus papás recibió un segundo golpe, los médicos le comentaron que sería difícil que volviera a caminar, pero ella decidió no rendirse.
“En el Hospital del Trauma del INS, en San José, con una terapia muy dolorosa me lograron flexionar la pierna derecha, que era la que tenía más destruida y luego de eso logré al caminar pocos metros”, contó.
Nuevo hogar
Priscilla se encargó de cuidar de las dos hermanas accidentadas, por lo que dejó su casa en San Miguel de Desamparados para volver a Pococí y estar cerca de ellas.
Las tres hermanas afrontaron la difícil situación de que no tenían donde quedarse, pues el ranchito en el que vivían sus papás no era apto para la recuperación de las jóvenes atropelladas.
En ese momento fue que apareció don Eduardo Vargas, amigo de la familia, quien les abrió las puertas de su casa para que se quedaran ahí todo el tiempo que necesitaran.
Priscilla contó que de momento solo ella y Yerling se quedan con la familia de don Eduardo, pues su otra hermana decidió quedarse con la familia de su novio en Guápiles.
“Ella todavía no camina y está bajo el cuidado de sus suegros y el novio”, añadió.
Encargada de todo
Priscilla contó que esta situación también ha sido muy difícil para ella, pues tiene que encargarse de todo, al punto que no tuvo tiempo para llorar a sus papás
“Es algo que nunca voy a olvidar, estar velando a mi madre y luego recibir una llamada a la medianoche sobre la muerte de mi papá”, dijo.
También ha sufrido mucho porque su bebita de 3 años pregunta constantemente por su abuelita.
“Lo único que he podido decirle es que anda haciendo un mandado”.
Muchos ayudaron
Las hermanas contaron que en medio de estos momentos tan difíciles también han recibido la ayuda de muchas personas que ni siquiera conocen, así como de varios miembros de la iglesia adventista a la que asistían sus papás.
Priscilla destacó que recibieron víveres y dinero de parte de un grupo de amantes de los carros marca Honda, que se hacen llamar Los Honderos, ellos realizaron una actividad en Siquirres para ayudarles.
La joven dijo que aún necesitan mucha ayuda, pues su deseo es construir una casita en el terreno donde se encuentra el rancho de sus papás, pero el principal problema es que no tienen un documento que las certifique como dueños de la propiedad, pues su papá recibió esa tierra como donación y nunca hizo las respectivas vueltas.
En cuanto al conductor, de apellido Rivera, que atropelló a la familia, Priscilla explicó que el abogado que les está ayudando explicó que resolver todo podría tardar hasta 3 años, pero ella no pierde la esperanza de que se haga justicia.