La vida de Efer Gamboa Morena cambió para siempre desde el viernes 8 de abril del 2016, día en que dos trenes chocaron de frente y él iba en uno de ellos.
Gamboa perdió seis dientes en el bombazo, pero ni siquiera esa agüevada situación logró apagarle la sonrisa y las ganas de continuar con su vida.
El joven de 32 años es uno de los 106 heridos que dejó como saldo el accidente ocurrido en Pavas, San José. Este lunes se cumplirán tres años de ese aparatoso accidente.
“De cómo se dio el choque no me di cuenta, solo sentí el impacto y segundos después vinieron las lesiones, sufrí golpes en las rodillas y los brazos, pero lo más fuerte fue que perdí cinco dientes de abajo y uno de arriba, demás de que se me torció el tabique”, recordó.
Efer recordó que ese día fue a dar al Hospital del Trauma del INS, en La Uruca, donde empezó el calvario que tuvo que vivir durante su recuperación, en la cual pasó incapacitado por tres meses.
“Hubo muchas cirugías porque el tratamiento del INS fue el de colocarme implantes. Las operaciones de encías y huesos fueron demasiado dolorosas”, dijo.
“En la parte de abajo me pusieron dos implantes y sobre estos lo que ellos (médicos) llaman un puente, esto porque con el golpe se me rompió el hueso y parte de la encía, entonces no había otra forma de colocarlos”, continuó.
Acostumbrarse al cambio
Aunque las operaciones fueron muy complicadas y dolorosas, Gamboa contó que lo más difícil vino después, ya que tuvo que acostumbrarse a no ver aquellos dientes que con tanta dedicación cuidaba.
“Sinceramente uno sonríe y todo y no se le nota mucho (los implantes), pero uno si ve la diferencia cuando se pone a comparar fotos del pasado y eso es bastante triste”, añadió.
El oficinista del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) dijo que también tuvo que hacer muchos cambios en sus rutinas diarias, desde la limpieza de sus dientes, hasta lo que comía.
“La vida cambia mucho porque uno antes con los dientes naturales podía comer cualquier cosa, ahora con los implantes hay que tener demasiado cuidado, hasta para comerse un mango sele porque se pueden dañar”, contó.
Nunca más
Otra de las cosas que cambió en la vida de Efer después del accidente es que tomó la decisión de no volver a subirse a un tren, pues aún no supera lo que vivió aquel día.
“Téngalo por seguro que en esas cosas (trenes) yo no me montó de nuevo hasta que no tengan un sistema de seguridad mejor que ahora”, mencionó.
Gamboa también contó que él es uno de los 39 pasajeros que presentaron una denuncia ante la Fiscalía para formar parte en el proceso judicial que se lleva a cabo por el bombazo de las dos máquinas. Agregó que todavía está esperando que el hecho sea elevado a juicio.