Cada vez que la fiscalía no pide prisión preventiva o algún juzgado resuelve dejar libre al sospechoso de cometer un delito que indigna a la opinión pública, las redes sociales se convierten en la caldera del diablo.
El ejemplo que calza perfecto en esta ecuación es en el que quedó suelto un hombre de apellido Mora, de 32 años, quien figura como sospechoso de matar a cuatro ciclistas en un violento atropello ocurrido la madrugada del 29 de enero anterior.
Esa desgracia se presentó en Lomas de Ayarco norte, en Sánchez de Curridabat, sobre la carretera vieja de Tres Ríos, Cartago, frente a uno de los costados del Walmart.
Mora cuenta con arraigo (familia), un domicilio fijo y ante las autoridades su perfil es el de una persona honesta. Todos estos elementos le aseguran al conductor recibir otro tipo de medidas diferentes a la de cárcel.
Otro caso es en el que la mamá, la abuelita y el tío de una niña de cuatro años presuntamente la torturaron en Pérez Zeledón.
A ellos los detuvieron, pero el Juzgado Penal resolvió dejarlos en libertad y les dio otras medidas, en marzo anterior.
Eso causó tal molestía entre la gente, que se organizó y protestó por la decisión en las afueras de los Tribunales de Justicia.
Jorge Chavarría, fiscal general de la República, le brindó una entrevista a La Teja y se refirió ampliamente a la hora de aplicar la ley en diferentes casos.
Cree que hay "una falta tremenda de educación del costarricense, que denota ser más ignorante", esto con respecto al conocimiento que se tiene de los derechos con los que cuenta un imputado y que a los que simplemente no se les puede pasar por encima.
–¿Por qué hay casos en los que contra un sospechoso no se pide prisión preventiva y que por la magnitud del delito la población considera que debería ser así?
–Lo primero que deben saber los ciudadanos es cuáles son sus derechos. Si usted le pregunta al norteamericano (estadounidense) cuáles son sus derechos se los va a decir, pero el tico no. Dentro de sus derechos está que si tiene un domicilio fijo, un trabajo conocido, si no es un tipo violento que va a intimidar a los testigos, es un ciudadano honesto que trabaja, que tiene familia (arraigo) y una casa puede permanecer en libertad hasta que se realice el juicio, porque tiene derecho a un juicio justo y hasta que no esté emitida la sentencia fundamentada en prueba no se le puede meter a la cárcel.
–¿Comprende el enojo de la gente y esa reacción?
–Es de venganza. O dejamos el derecho a un lado y nos vamos a hacer lo que algún bocón quiere que se haga o aplicamos la ley. Nosotros no podemos llevarnos por los temas temperamentales. El derecho busca mantener la civilización frente a esas reacciones temperamentales. Si usted quiere que reaccionemos como reaccionaron contra el empleado de Hacienda que tomó la foto de una muchacha y que luego quien lo denunció resultó muerto eso no va a suceder. Si no hubiéramos estado en un estado de derecho y lo ponemos en manos de los salvajes que usaron las redes sociales tendríamos un caso de total injusticia, de linchamiento popular (Chavarría se refiere al caso de Gerardo Cruz. Al final, el empleado de Hacienda no tuvo nada que ver en el crimen de Gerardo, aunque en redes prácticamente lo señalaban como el asesino porque la teoría era que se había vengado porque lo había grabado).
–¿A qué cree que se deba ese efecto de linchamiento en las redes?
–El peor animal del planeta es el ser humano porque cuando actúa en masa no razona. Los ejemplos de linchamiento público en la humanidad son muchos empezando con Jesús sin ningún razonamiento. Ese ejemplo bíblico refleja ese sentimiento humano muy normal. Por eso, como es normal, corriente y humano es que hay que tenerle cuidado y decirle: 'No, eso no es así, aquí aplicamos la ley. Espérese, tranquilícese, hable lo que quiera porque usted es ciudadano y tiene el derecho a hablar lo que le dé la gana, pero sobre esta persona no va a tener el poder de actuar. Quien actúa sobre esta persona es un tribunal en un juicio justo'.
–¿Es peligroso que la gente piense de esa forma?
–Por supuesto que sí. Las redes sociales son una forma informal por la que se puede manipular a la colectividad.
–En redes sociales, televisión y periódicos hay quienes mencionan que el arraigo, el domicilio fijo y todos esos elementos son una alcahuetería. ¿Es así?
–No es así. Las personas que piensan de esa manera, y hay que respetar esa forma de pensar, que se postulen para diputados y cambien los principios de la Constitución Política y las leyes vigentes a ver si los respaldan.
–¿Es recomendable cambiar las leyes?
–Eso lo decide cada sociedad. El punto está en que claro que eso se puede lograr si alguien tiene el poder de persuasión que lleva a cambiar las leyes y cambian, contrario a los principios básicos del estado de derecho.