Ocho investigadores de Homicidios y ocho personas de imagen y sonido forense recrearon este jueves el crimen de Erwin Alejandro Guido Toruño, alias “el Gringo”.
Además, oficiales de la Fuerza Pública y del Tránsito colaboraron en la custodia del puente del Bajo de Los Ledezma, en La Uruca, donde los asesinos dejaron el cadáver en la madrugada del sábado 16 de diciembre del 2017.
Álvaro González, jefe de Homicidios de San José, dijo que a Guido, de 34 años, lo mataron de al menos 40 puñaladas. La mayoría fueron en el tórax y en la cabeza y se las hicieron con un cuchillo de punta fina.
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"Necesitamos tener clara la dinámica de los hechos, cómo bajaron el cuerpo, establecer la posible ruta de llegada y la de escape (de los asesinos), basados en los testimonios de los testigos", dijo González.
Los investigadores explicaron que al Gringo lo bajaron de un carro y que ahí lo agredieron una vez más. Todos los detalles con los que cuentan las autoridades fueron recreados para tener más bases para la investigación. No se descartan que antes de tirarlo al barranco lo hayan matado en la acera.
"Lo importante es tener un fundamento desde el punto de vista probatorio para demostrar ante un tribunal. De la investigación no podemos dar detalles, recordemos que en redes sociales trascendieron fotos indicando quiénes pueden ser los posibles autores; sin embargo, es lo que tenemos que demostrar ante los jueces", explicó González.
Las autoridades sospechan que hubo personas que ordenaron matar al Gringo.
González dijo que tienen a varios sospechosos y que mantienen la investigación abierta.
El Gringo se convirtió en el 2017 en uno de los hombres más buscados de Costa Rica. Era un hombre violento y sin piedad.
El último caso con el que lo vincularon fue con el asesinato de dos hombres cuyos cuerpos andaban varios hombres en una buseta cuando fueron descubiertos el miércoles 6 de diciembre del 2017.
Los hombres asesinados eran Frank Alfaro Murillo, de 26 años. Tenía un balazo en la cabeza y heridas de cuchillo. El otro era el colombiano Eduard Bedoya Llanos, a quien habían decapitado y estaba envuelto en plástico. La cabeza estaba en un maletín.