El guarda del hotel La Mansión Inn donde mataron a la doctora María Luisa Cedeño es buscado por Interpol para que dé su declaración por este vil ataque.
Este hombre es un costarricense de apellidos Castro Granados.
Él fue citado como testigo, sin embargo, no ha llegado al debate.
Castro no figuró como imputado porque, en apariencia, no encontraron evidencias contra él, ni tampoco las mordeduras que dejaron en el cuerpo de la doctora coincidían con la marca de la boca de él.
La fiscal Grettel Rosales señaló que la última comunicación que tuvo fue el 23 de diciembre anterior en la que le informaban que aún no habían obtenido respuesta por parte de Estados Unidos.
Castro trabajó la madrugada que mataron a la médica y habría grabado e informado que, en apariencia, hubo disturbios por parte del nicaragüense Herrera Martínez, esta información se la habría dado a su patrón, el empresario holandés de apellido Bodaan, dueño del hotel.
Los abogados de los acusados señalan que Castro además de ser un testigo, es otro de los sospechosos del caso, situación que se debe resolver en el debate, por si ordenan una investigación en su contra.
Castro se casó con una huésped del hotel, una norteamericana y se fue a vivir a Estados Unidos.