No hay muestra de amor más grande que dar la vida por un ser querido, y así lo demostró el ingeniero agrónomo Daniel Salas Mosquera, de 46 años, quien dio la suya con tal de proteger a sus dos hijos, un niño de 10 años y una chiquita de 8.
Sin pensarlo dos veces, Daniel habría agarrado a sus pequeños para evitar que estos se golpearan contra el suelo, luego de que la balsa en la que iban cayera desde 6 metros de altura, debido a que una parte del tobogán por el que se deslizaban cedió.
Así lo contó a La Teja don Jesús Salas, papá del ingeniero, quien explicó que su hijo habría usado su propio cuerpo como una especie de colchón para amortiguar la caída de los dos niños.
“Nosotros lo que entendemos es que, en su instinto de padre, lo que hizo fue proteger a sus hijos cuando iban para el suelo. Entonces por eso es que él se llevó el golpe y los hijos le cayeron encima. Pensamos que fue así, porque a los chiquitos no les pasó nada, un golpecito en un brazo y el otro en la pierna”, dijo el señor.
“Es un dolor tan grande, tan grave e inmenso, que uno no desea que ni al peor de los enemigos le pase nunca”
— Jesús Salas, papá de Daniel.
El incidente ocurrió el pasado viernes en el parque de aguas termales Kalambú, en La Fortuna de San Carlos, lugar al que Daniel llegó con sus dos hijos; su pareja sentimental, Iria Campos Rodríguez, de 42 años, y los dos hijos de ella, de 13 y 15 años.
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Debido a la caída, los adultos sufrieron varias fracturas, por lo que fueron llevados de emergencia al Hospital San Carlos, donde Salas falleció este sábado. En cuanto a Campos, ella permanece internada en el Hospital del Trauma.
“Lo que pasó es que tuvieron una fractura de pelvis muy fuerte, y mi hijo no aguantó porque se le perforaron órganos muy importantes, entonces le dieron grandes hemorragias y tuvieron que operarlo dos veces, lamentablemente no fue posible salvarle la vida”, dijo don Jesús.
La familia del ingeniero contó que él y sus seres queridos ya se habían tirado una vez por ese tobogán, pero decidieron hacerlo una última vez antes de irse a almorzar, fue ahí cuando ocurrió la tragedia.
Paseo era un premio
El papá del ingeniero contó que Daniel decidió llevar a sus hijos a ese parque de aguas termales como un premio por haber ganado el año en la escuela.
“Se fueron felices de la vida a festejar que habían ganado el año en la escuela y mi hijo que era muy apegado a ellos se los llevó con esa gran ilusión y al final yo tuve que ir a traerlo en un ataúd”, dijo don Jesús Salas.
Salas contó que sus nietos habían sacado muy buenas notas este año, pues son niños muy aplicados en el estudio, por eso es que el buen papá quería darles un buen premio para reconocer ese esfuerzo.
Lamentablemente para la familia ese paseo terminó en una tragedia que los mantiene consternados, especialmente a los dos menores.
“Póngase en el lugar de esos niños, en el futuro de esos niños y dígame: ¿Qué Navidad feliz van a tener esos niños de ahora en adelante? Nunca más, una Navidad va a ser para ellos una frustración, eso le parte a uno el corazón”, dijo el señor.
Salas dijo que hasta el momento ninguna persona del parque de aguas termales se ha comunicado con ellos, ni siquiera para darles el pésame.
Presentan demanda
La familia del ingeniero dio a conocer que no se quedaran de brazos cruzados ante lo ocurrido, por lo que presentarán una denuncia penal contra el parque de aguas termales Kalambú.
Así lo confirmó a La Teja Rafael Ángel Guillén, abogado que representa a la familia de Daniel, quien explicó que este mismo miércoles se encargará de presentar los respectivos documentos ante la Fiscalía de La Fortuna.
“Lo que estamos haciendo es apersonarnos como víctimas ante el Ministerio Público, que ya inició la investigación de oficio desde el primer día, pero nos vamos a constituir en parte, eso es lo que vamos a hacer hoy, ahora estamos firmando toda la documentación y de aquí salgo para La Fortuna a entregar esos documentos y a hacer unas averiguaciones que necesitamos para el proceso”, indicó Guillén.
El abogado fue claro al decir que la familia del ingeniero no tienen ningún interés en recibir una indemnización millonaria por lo sucedido, pues lo que buscan es marcar un precedente para que no vuelva a ocurrir un caso como este.
“Nos vamos a convertir en querellantes y en actores civiles, la pretensión no es el dinero, pero sí sentar un precedente para que los turistas tengan la seguridad de que cuando van a un centro de recreación no va a haber ningún inconveniente, eso es lo que queremos hacer”, explicó.
Ante una consulta hecha por La Teja, el Ministerio Público confirmó que se encuentran investigando lo sucedido.
“La Fiscalía de La Fortuna indicó que se encuentra trabajando en dirección funcional con el Organismo de Investigación Judicial de la zona, labor que pretende recabar datos e indicios relevantes que serán analizados y valorados, con la finalidad de determinar si existen elementos probatorios suficientes para la apertura de una investigación penal”.