Graves daños son los que sufrieron las casas de las familias golpeadas por el temporal que azotó gran parte de Costa Rica, aún reportan a 2383 personas en albergues.
Pese a que las lluvias han disminuido considerablemente, así como el nivel del agua, todavía hay charcos y barro acumulado en muchas partes del país, especialmente en Guanacaste.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) señaló que el Pacífico se encuentra en alerta amarilla; el Caribe norte y la zona norte en alerta verde.
“Esta disminución de alertas se debe a la baja esperada en las lluvias, una disminución en el reporte de incidentes y la baja esperada en las aguas que provocaron inundación”, dijo Alejandro Picado, presidente de la CNE.
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Para esta semana, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) prevé el el calentamiento durante las mañanas y la humedad moderada junto con vientos.
“La inestabilidad atmosférica se encuentra baja; sin embargo, los factores locales podrían generar eventos puntuales fuertes de precipitación”, señalaron en el IMN.
A las familias que retornan a sus hogares les entregan diarios y también implementos de limpieza para enfrentar los daños causados.
La CNE afirma que los suelos tienen una saturación alta entre 85 % - 95 %, en sectores costeros de la península de Nicoya, norte de Guanacaste, costa del Pacífico Central, montañas de Zona Norte y montañas del Pacífico Sur.
Además, en las montañas al oeste del Caribe, los niveles de saturación de suelos alcanzan alrededor de 80%. Esta condición mantiene vulnerabilidad a incidentes como inundaciones o deslizamientos.
Finalizando esta semana se espera la llegada del segundo empuje frío al territorio nacional, alejando las lluvias fuertes, pero bajando las temperaturas al ocasionar fuertes vientos.