Don Orlando León Castillo, de 75 años y dueño de la cuartería que se quemó en La Carpio, es recordado por Ricardo Díaz como una persona muy especial.
Díaz cuenta que el sábado en la madrugada su esposa lo despertó y le avisó que se estaba quemando la casa de su patrón, por lo que corrió para ayudarle a salir, pero en la entrada se encontró con las llamas.
"Yo era la mano derecha de él, le cuidaba los negocios cuando debía salir, para mí era un chavalazo, me ayudaba mucho económicamente. Ahora quedé con las manos puestas en la cabeza, mi familia la mantenía por medio de él, tengo seis hijos, entre ellos un bebé recién nacido y era él quien me ayudaba con las necesidades de la casa”, aseguró Ricardo.
Este empleado de don Orlando dijo que estuvo a su lado durante 10 años.
“Lo llegué a ver como un papá, esto ha sido muy difícil”, expresó.
Díaz contó que le estaba construyendo una segunda planta a la cuartería para hacer otros cuartos.
“Yo conocía muy bien la propiedad, él me había pedido que se la cerrara con perlin y zinc en la parte de atrás, llegué corriendo para tratar de sacarlo a él y a las demás personas, pero para mi sorpresa todo el fuego estaba en la parte de adelante, entonces corrí para las propiedades de atrás y ya había otra gente intentando abrir para que salieran, pero fue imposible”, dijo Díaz.
Don Orlando era oriundo de Cartago, pero desde unos 10 años se fue a vivir a La Carpio donde construyó una casa y alquilaba, además tenía un bar y vendía productos de ferretería.