Un candado trabado puso a correr a los bomberos la mañana de este martes.
A las 7:30 a. m. los rescatistas recibieron un reporte de que un hombre estaba encerrado dentro de una casa en Desamparados de Alajuela y ellos acudieron en ayuda del afectado.
Según contó Javier Castro, del departamento de Planes y Operaciones del Cuerpo de Bomberos, cuando llegaron vieron que el candado no abría con la llave por lo que tuvieron que usar herramienta.
“Estuvimos hablando con el señor para ver si alguien lo había dejado encerrado en la vivienda, pero nos dijo que no, que en el la noche puso el candado y que hoy (martes) en la mañana cuando trató de abrirlo no pudo.
“Este tipo de casos son poco comunes. La emergencia se atendió de forma rápida y lo importante es que pudimos resolver la situación”, aseguró el bombero.
Al consultarle a Castro qué tipo de candado fue el que dio el problema y cuánto le costó a los bomberos la atención de la emergencia dijo que no tenía los datos.
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“En realidad aquí lo que importa es que pudimos ayudar a alguien que lo necesitaba; para algunas personas puede ser algo simple, pero para el afectado era un condición muy seria, por lo que esa ayuda no tiene precio”, argumentó el rescatista.
Otros casos extraños.
El 4 de abril del año pasado los Bomberos recibieron una llamada en la que una familia, vecina de Moravia, decía que una araña tipo tarántula se les había metido en la casa y necesitaban ayuda.
Tres bomberos viajaron en un pick up desde la estación de Barrio México y cuando llegaron vieron que las personas que estaban en la casa ya habían atrapado la bicha y la habían metido en frasco de vidrio.
Los rescatistas se llevaron la arañota y la liberaron en un lugar apropiado para ella. Ese caso le costó a los Bomberos ¢400 mil, y si no hubiera habido un carro pequeño y hubieran tenido que ir en un camión, los costos hubieran alcanzado el millón de colones.
Otro caso raro fue el atendido el 12 de mayo pasado, en San Gabriel de Aserrí. Los rescatistas recibieron una llamada de una familia que había visto una culebra en el patio y cuando los uniformados llegaron se encontraron no una, sino 23 "sincejas", ya que se trataba de un nido.
Los bomberos recogieron a la mamá y a sus culebritas y las liberaron en un lugar montañoso, a unos 20 kilómetros del patio donde fueron encontradas.
Los rescatistas dicen que por más pequeña que parezca una emergencia, ellos con gusto acuden a los llamados y dan siempre su mayor esfuerzo por ayudar a las personas.