Un hilo de pita, material parecido a la cabuya, guiará el espíritu del líder indígena Sergio Rojas Ortiz al más allá.
Así lo dicta la tradición del clan Uniwak, de los bribris que viven en la comunidad Yeri de Salitre de Buenos Aires en la zona Sur.
Rojas fue asesinado a balazos el lunes anterior a las 9 de la noche dentro de su casa. Los vecinos dijeron que ellos escucharon 15 detonaciones, sin embargo, la policía no ha confirmado cuántas balas lo hirieron.
Sonia Calderón, vecina de Salitre, contó este miércoles en la tarde que ya tienen todo preparado para la despedida de su líder.
“Se espera que el cuerpo llegue hoy (miércoles), lo van a llevar a la escuela de Yeri para velarlo, ahí una autoridad va a entonar cantos fúnebres, eso va a estar a cargo de una persona que fue formada precisamente para actividades de entierro.
“Ya mañana cuando el cuerpo sea llevado al cementerio se va a dar una actividad cultural con mujeres; una de ellas va a llevar delante del cuerpo un hilo de pita, que es parecido a la cabuya, para que guíe el espíritu de don Sergio. Las otras mujeres se van a colocar tapando las entradas cercanas por donde llevan el cuerpo”, relató la indígena.
Luego de la sencilla ceremonia el cadáver será sepultado y más tarde las personas que asistieron a la vela y al entierro irán a una purificación que se consiste en un baño de hojas de cacao, chile y otras plantas.
Un año después recordarán a Rojas
Calderón, quien es educadora, contó que según dicta la tradición, de este jueves 21 de marzo en un año harán una gran actividad para recordar al líder comunal.
“El entierro es una actividad simple, pero ya en un año va a ser algo más grande. Nos vamos a reunir para hablar de don Sergio, de las cosas que le gustaban y las que no; de las habilidades que tenía y también de sus debilidades.
“Lo que hacemos es recordar y hasta llevamos las comidas que a él le gustaban porque todo es como un homenaje a su vida. Él tenía mucho libros, era autodidacta, todo eso se va a comentar en esa ceremonia futura”, narró la mujer.
Felipe Figuero, amigo de la víctima, prefirió no hablar de los rituales de despedida, pero sí dijo que recordaba a Sergio como un gran hombre.
“Era muy entregado y valiente, se le veía como un protector en la comunidad. Yo lo conocía hace como 18 años cuando empezamos las luchas sociales por las tierras y todo eso”, recordó.
Desde hace años, Salitre es objeto disputas por sus tierras. Se trata de un área de difícil acceso y de 11.700 hectáreas que se pelean grupos indígenas y finqueros no indígenas que aseguran tener derechos sobre parte de ellas.
Estos pleitos han llegado a disputas judiciales ya que los bribris aseguran que los finqueros se han adueñado ilegalmente de sus terrenos. Muchas de estas tierras ya han sido compradas por terceros que no tienen vela en el entierro y que se niegan a perder las propiedades por las que pagaron.
Algunos fallos judiciales han dado la razón a los indígenas quienes han recuperado algunos terrenos, mientras que otros procesos están aún pendientes de resolver.
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La Policía Judicial analiza si precisamente esos enfrentamientos son lo que habrían motivado el crimen de Rojas, ya que recientemente tuvo problemas por unas tierras que acababan de recuperar.
La Fiscalía confirmó que el lunes anterior Rojas acompañó a dos lugareños a poner una denuncia por esos hechos y horas después lo mataron.
Este miércoles se efectuó una marcha en San José en la que los manifestantes pidieron justicia por el asesinato de Rojas.