Poco más de tres meses han pasado desde que don Alejandro Rivera falleció en una pelea con un chofer de bus en Guadalupe; sin embargo, el dolor de sus tres hijos se mantiene tan fuerte como en el momento en que recibieron la dura noticia.
Su hijo Vladimir nos contó que el caso está estancado como desde el primer día, pues están esperando varios resultados que les deben ser entregados por la Medicatura Forense para que el caso pueda avanzar.
“Cuando se hizo lo de la autopsia me dijeron que el tramite dura tres meses, de hecho yo llamo y me dicen que eso puede tarde hasta seis meses, que siga llamando cada 22 días o cada mes, mi papá cumplió los tres meses de fallecido el 25 de setiembre, todavía me cuesta asimilar todo esto”, dijo Rivera.
Entre la familia y la empresa de buses no ha existido ningún acercamiento, ellos lo único que saben es que despidieron al conductor de apellido de apellidos Ramírez Mendoza, de 60 años.
“Para mí, personalmente, ha sido algo muy duro, imagínese que mi papá cuando falleció fue el día que mi hijo menor cumplia años, mi hijo menor cumplía años el 25 de julio. Cuando papá cumplió los tres meses de su muerte, al día siguiente era su cumpleaños, qué duro, tantas cosas se le juntan a uno, no he tenido la oportunidad de sentarme y llorarlo, fue tan rápido la forma en que murió”, dijo el hijo.
“Yo paso por Guadalupe, por donde él cuidaba carros, no sé por qué, pero yo me hago a la idea de que él está ahí, yo le hablo, yo me parqueo y me bajo del carro, y le digo: ‘¿Cómo está?’, yo no sé si fue que yo quedé loco, pero es la forma mía de digerir que él ya no está, son cosas que uno extraña, esas llamadas, pasar al parque para almorzar con él. No tengo palabras, en este momento que estoy hablando con usted ha sido un momento de desahogo”.
Vladimir guarda en su celular los mensajes en WhatsApp de su papá, en los que le ponía: “¿Cómo está papi?, Dios te bendiga el día de hoy, cuídese mucho”, y claro, hablaban de fútbol porque don Alejandro era moradísimo y su hijo manudo.
La situación para Alejandra, la otra hija de don Alejandro, es la misma, ella tiene que pasar por Guadalupe todos los días y es imposible no pensar en su papito, ella era la que lo chineaba con la comidita.
“Cuando pasamos por el parque, mi hija de cuatro años que lo extraña mucho, lo llama “papey, papey” y yo le digo que él esta en el cielo y ella me dice: ‘Bueno, mamá', a veces ella se quiere poner a llorar. Yo lo que quiero es que ese hombre pague por lo que hizo, le hubiéramos podido celebrar el cumpleaños hace unos días a papi, él (conductor) nos robó todo y esto es muy duro porque él pasaba la Navidad con nosotros, duro para mí y mis hijas”, comentó.
Alejandra asegura que su vida cambió por completo y que ahora tiene que tomar pastillas para poder dormir porque le da depresión.
El día de su muerte, don Alejandro se dirigía a la casa de su hija en Mozotal para cenar, ella lo chineaba mucho.
Don Alejandro falleció en Guadalupe, frente al restaurante Palacio Dragón. Según testigos que viajaban en el bus, el chofer discutió con él por el pago del pasaje, por lo que el conductor se enojó, se bajó y lo golpeó.
Don Ale sufrió un fuerte golpe en la cabeza.
Un video que grabó una pasajera es clave en este caso, se observa cuando inicia la discusión en la entrada del bus, mientras el usuario le dice al chofer: “¿Por qué me golpeas?”, a lo que el conductor responde: “Estás borracho”. Durante la discusión, el usuario golpea al chofer con un paraguas y esta situación detonó que el transportista empujara al hombre fuera del autobús, pero no se observa qué pasó luego.
El chofer regresa al bus e inmediatamente siguió con el viaje, pero varias pasajeras le solicitaron que se esperara, ya que “el señor estaba mal”. El conductor se detuvo por unos segundos, pero posteriormente continuó, mientras que varias pasajeras le reclamaron por la violenta acción contra el otro hombre.
Don Alejandro tenía cáncer.
El conductor está en libertad y sin medidas cautelares, los familiares de la víctima esperan poder iniciar un proceso contra él por homicidio simple.