Sucesos

Hija reconoció a papá asesinado gracias a una faja, una camisa y los rasgos de la cara

Lubin Núñez Chacón fue sepultado por sus familiares este fin de semana en Grecia

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El cuerpo de don Lubín Núñez Chacón, de 69 años, fue el que hallaron el pasado 3 de noviembre con rastros de haber sido torturado, quemado y enterrado en una fosa clandestina en la parte trasera de su casa, en Pocosol de San Carlos.

Su hija Jessica Núñez fue la que identificó el cadáver de su papá y lo hizo gracias a sus rasgos faciales y la ropa que llevaba puesta.

“El pelo, la frente y la nariz era lo más reconocible que tenía; también reconocí la faja y eso me destrozó porque él amaba esa faja. Hace muchos años él fue camionero, jalaba café y otros productos, de cariño le decían ‘Torito’ y tenía una faja de cuero labrada que decía ese sobrenombre y esto fue determinante para saber que se trataba de él.

“La camiseta que andaba era una que yo se la regalé porque a mi hijo no le gustó, justo por unos parches azules que tenía la camiseta por dentro. Cuando se la llevé a papi le dije que a mi hijo no le había gustado y él lo que dijo fue: ‘¿Este huevón dónde nació?’ (vacilando de que a él si le gustaba), a mi papá le encantaba ponerse esa camisa”, recordó la hija.

Debido al estado de descomposición en que se encontraba el cuerpo, a los familiares no les permitieron velarlo, entonces don Lubín fue cremado y este sábado 6 de noviembre al mediodía lo sepultaron en el cementerio de Las Mercedes de Grecia.

Don Lubín Núñez Chacón, de 69 años, es recordado como un hombre de temperamento fuerte, pero con un corazón noble. Foto: Cortesía de la familia

“Siento que mi papá se puso esa camisa para que lo reconociéramos, porque no se puso cualquier camiseta. Él siempre andaba una cadena de plata labrada en oro, trabajaba con ella, pero esta vez la dejó debajo de la almohada... a mí algo me dice que él presentía que le iban hacer algo”, expresó.

Esta hija ahora guarda como un tesoro la cadena, lamentablemente la faja no se la devolvieron.

Papá siempre se reportaba con mensajes

Don Lubín vivía solo en Pocosol y dejó dos hijos.

Su hija Jessica pasaba muy pendiente de él y, como parte de su rutina, siempre se mandaban mensajes de WhatsApps en la mañana y en la noche.

El último mensaje que padre e hija se compartieron fue la mañana del jueves 28 de octubre anterior. A ella le extrañó que en la noche no le enviara un ‘buenas noches’.

“Sentía que algo malo había pasado, porque el último mensaje que me envió fue a las 6:30 de la mañana, me habló con todo el amor de siempre. Él se acostaba temprano y a las 7 de la noche siempre me escribía, pero ese día no me llegó otro mensaje más y me extrañó porque la última conexión fue a las 5:54 de la tarde, pero pensé que se le había olvidado”.

Sin embargo, la preocupación aumentó a los dos días, ya que él no acostumbraba desaparecerse y aunque en ocasiones anteriores le habían robado el celular, siempre buscaba la manera de hacerle saber a su familia que estaba bien.

Ya desesperados, el domingo 31 de octubre mandaron a un allegado a buscarlo y, como no lo encontró en la casa, el 1º de noviembre los dos hijos y dos tíos decidieron ir a buscarlo. Luego pusieron la denuncia en el OIJ de San Carlos.

El cuerpo de la víctima fue hallado enterrado detrás de su casa. Foto: Edgar Chinchilla

Núñez era amante del ganado, tenía cuatro reses que su propia familia le había comprado, ya que él vivía de la pensión.

“El día que desapareció, él se compró un ternerito y habíamos quedado que este fin de semana íbamos a verlo, también le llevaríamos medicinas para los otros, como vitaminas. Mi papá era un señor humilde que vivía de una pensión, él no tenía dinero, el soporte de mi papá éramos nosotros (la familia)”.

Sus allegados lo recuerdan por el temperamento fuerte que lo caracterizaba, pero también por su corazón noble, pues a nadie le negaba un plato de comida.

“Él siempre se defendía mucho, esta vez no sabemos qué pudo haber sucedido.

“En infinidad de ocasiones le rogamos para que se viniera a Grecia, pero él nos decía que no quería dejar el terreno que tenía desde hace más de veinticinco años, mi papá sembraba verduras y frutas, él nos decía que solo necesitaba arroz y frijoles y un poquito de carnita porque todo lo demás lo tenía”, mencionó su hija.

Las autoridades mantienen rastreos en Pocosol de San Carlos ya que hallaron dos cuerpos en la primer semana de noviembre. Foto: Edgar Chinchilla

La familia desconoce la supuesta pareja que, según los lugareños, tenía el señor y que vivía en la casa, tampoco las supuestas fiestas que otras personas señalan que hacían en la propiedad.

Este viernes 5 de noviembre aparecieron otros restos enterrados a seis kilómetros de donde hallaron a don Lubín, la familia de él desconocen de quién podría tratarse.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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