No hay un solo día en el que la pequeña Kristel, de 5 añitos, no pregunte por sus papitos, Javier Acuña Saldaña y Sarita Hidalgo Arguedas, ya que su anhelo más grande es verlos una vez más para poder abrazarlos.
Esa pregunta de la pequeña causa un gran dolor en el corazón de su hermana mayor, Jazmín Acuña Hidalgo, de 22 años, quien de la forma más delicada siempre trata de explicarle que sus papás se encuentran en el cielo.
Esto se debe a que Javier y Sarita, de 46 y 40 años respectivamente, fallecieron el pasado domingo 30 de mayo luego de ser impactados por un rayo cuando se encontraban en un mirador en El Ceibo de Buenos Aires, zona sur. Kristel se encontraba en medio de ellos dos y de forma milagrosa sobrevivió a la descarga.
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Desde ese trágico día, Jazmín se ha hecho cargo de Kristel y de su otra hermana, Guadalupe, de 13 años, haciendo hasta lo imposible para que no les falta nada. Afortunadamente han recibido la ayuda de muchas personas de buen corazón.
“Para mí es muy difícil y tengo que hacerme la fuerte para no llorar. Yo tengo que estar fuerte para ellas dos, especialmente para Kris”, dijo la hermana mayor.
Muy difícil
Jazmín contó que la muerte de sus papás ha sido un golpe muy duro para toda la familia, especialmente para Kristel y para ella, pues ambas estuvieron presentes en el lugar de los hechos. Jazmín llegó hasta el mirador luego de que su hermana menor caminó más de un kilómetro para avisarle lo que había pasado.
“Yo toqué a mi papito y a mi mamita, los vi, estuve con ellos. A mí el muchacho de la Cruz Roja casi que me tuvo que hacer jalada porque yo estaba encima de ellos, yo no quería separarme de ellos”.
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En cuanto a Kristel, Acuña contó que la chiquita está recibiendo ayuda psicológica para tratar las secuelas que le dejó ese trágico momento.
“Kris casi que de día por medio tiene como una crisis, de hecho estamos viendo eso con la psicóloga. Ella dice que el carro le recuerda a papi y que no quiere subirse, porque ese día que los mató el rayo ellos fueron en el carro.
“Mi hermanita dice que quiere verlos, que quiere abrazarlos, que por qué ya no podemos verlos y abrazarlos”, contó.
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Guadalupe también siente mucha tristeza por la pérdida de sus papás, pero Jazmín en todo momento le recuerda que ellos siempre estarán con las tres sin importar lo que pase.
“Mi hermana del medio dice que le hacen mucha falta y que a veces se siente mal por problemillas que tuvieron, pero yo le digo que no se ponga mal por eso, porque mis papás todo lo malo que nosotras hayamos hecho ya lo perdonaron y que si necesita pedirles algo que les prenda una velita y lo haga”, dijo Jazmín.
Cafecito y la bendición
Jazmín era muy apegada a su papá, por eso es que a diario extraña muchos pequeños detalles que tenía él, especialmente cuando se sentaban a tomar café juntos.
“Mi papá era fan del café, amaba el café, entonces todos nos sentábamos en la cocina a hablar, papi decía que a contar mentiras. Recuerdo que él se sentaba en una mecedora y yo me le sentaba en las piernas, me acariciaba la espalda y me chineaba el pelo y ya Kris se ponía a celarlo.
“Lo que más hemos extrañado es la bendición que nos daban a la hora de dormir, los buenos días, sinceramente es que extrañamos todo de ellos dos”, dijo.
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Aunque la pequeña Kristel no quiere ver el carro de su papá ni en foto, para Jazmín este tiene un significado muy especial, pues contó que los cinturones de seguridad aún conservan la fragancia de sus amados padres.
Mucha ayuda
Hacerse cargo de la casa y del cuidado de sus hermanas ha sido una tarea muy difícil para Jazmín, pero afortunadamente ha recibido mucha ayuda en las últimas semanas.
“De las platas (donaciones) que nos dieron se puede decir que guarde todo en un sobre para ir tomando para lo que necesitamos. Gracias a Dios actualmente el Club de Leones nos esta ayudando con un dinerito mensual.
“Nosotros seguimos viviendo en la misma casita, solo que el Club de Leones y otra organización de acá mismo de Buenos Aires juntaron una plata y se puede decir que nos la dejaron como nueva, de hecho todavía están reparándola”, dijo.
También contó sus hermanas recibieron camas y colchones nuevos, además de que les han donado mucha ropa y comidita, lo que es un enorme alivio pues todavía están tratando de acomodarse tras lo sucedido.
“Mis papás tenían vacas y también hay pollos de engorde, actualmente nosotras seguimos con eso”, añadió.