Cecilia Viberti, hija de Esteban Viberti, el capitán del desaparecido avión argentino que en 1965 habría caído en las montañas de Talamanca, dice sentirse ansiosa por la búsqueda que se hace actualmente de la aeronave.
Ella ha esperado años saber qué pasó con los 54 cadetes, 5 oficiales y 9 tripulantes. Ella tenía nueve años cuando ocurrió la desaparición.
El viernes 26 de marzo, buscadores ticos encabezados por José Campos ingresaron a Talamaca. Fue un día antes de lo previsto por la ansiedad que tenían. Campos ha estado en casi 30 incursiones para tratar de dar con la aeronave.
Esta vez revisarán siete puntos a los cuales los llevaron las pistas de dos informantes.
Los primeros datos se los dio la hermana de un señor ya mayor que tiempo atrás estuvo en aquellas montañas y le dijo a ella que vio la aeronave, completa, con la punta clavada en la tierra y la cola levantada.
En la segunda pista un hombre afirma haberlo visto entero, no despedazado, y los dos relatos tienen en común que describen un lugar suamposo (pantanoso) y plano, visto por los indígenas como sagrado.
En Argentina, las familias de quienes iban en el avión aguardan noticias de los buscadores.
“Estamos muy ansiosos y esperanzados. Aunque, por experiencia, yo jamás me permito tener grandes expectativas, para evitar frustraciones. Esta vez siento que está todo alineado como para que José Campos y su grupo encuentren los restos del TC-48″, dijo Cecilia.
Asegura que esta vez las coincidencias son muchas y eso les da una carga esperanzadora ante lo que podría pasar.
Desde su país, Cecilia se mantiene al pendiente de todo lo que ocurre y no solo ahorita que están buscando en Talamanca. Ha sido así desde siempre. Estos días han sido muy movidos para ella.
“Duermo por el agotamiento y el estrés del día, con tantos mensajes y comunicaciones entre Costa Rica y Suiza por las investigaciones que se hacen desde ese país. Ya al mediodía se agota la batería de mi celular, cuando normalmente dura hasta el día siguiente”, comentó.
Asegura que en caso de que los restos del avión aparezcan volaría de inmediato a suelo tico.
Viberti menciona Suiza porque allá está el grupo Missing Aero, grupo sin fines de lucro que ayuda en la búsqueda de aviones perdidos.
“En estos días, y como se presentan las cosas, hay una complicación extra: la pandemia. El protocolo que tenemos en caso de encontrar el avión se inicia avisandome a mí. A partir de ese momento tengo que llegar a Costa Rica lo antes posible. En este caso viajamos con mi hermano, mi hijo mayor, que también es piloto, y María Rosa Le Roi, sobrina de uno de los cadetes desaparecidos”, dijo doña Ceci.
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Claro, no pueden hacer reservaciones de avión hasta no tener confirmada la noticia.
“Con la pandemia se están cancelando vuelos y debemos tener todos los protocolos contra el covid-19 que exigen la aerolínea, Argentina y el país de ingreso. Eso con Semana Santa y Pascua en el medio dificulta cualquier organización. Tengo mucha fe y confianza en José Campos, en el dato que él tiene sobre la ubicación de los restos y en el apoyo logístico que nos brinda Missing aero con sus mapas satelitales, que son lo último y mejor que se puede tener en tecnología”.
Cada vez que la hija del capitán ha venido al país es por algo relacionado con el avión, alguna expedición y hasta cuando se grabó el documental “La última búsqueda”. Solo en el 2002 pudo pasear un poquito por la costa del Pacífico.
Las oraciones de los familiares los están acompañando todos los días.
“Todos están orando y pidiendo por el buen fin de esta expedición. Recién me llamó la hermana de un cadete para decirme que reza un rosario cada día desde que se enteró de esta búsqueda. La ciencia y la tecnología ayudan, pero estamos muy esperanzados de que Dios y Wilfredo Rojas (geólogo que participó en varias búsquedas y falleció) nos guíen en esta gira”, aseguró.
Las familiares de los cadetes no se reúnen porque son muchos y están dispersos por toda Argentina; sin embargo, tienen el grupo en Facebook: Avión TC-48, búsqueda y memoria, que les permite estar pendientes de lo que ocurre y en el cual comparten información y fotos.
Viberti asegura que ella no dejará de buscar hasta donde le alcance la vida.
Por su parte, el experto en montañismo José Campos asegura que darles una respuesta a las familias ha sido una lucha de años tanto suya como de quienes lo han acompañado a las expediciones.
En estos dias la asociación Missing Aereo --desde Suiza-- permite a los familiares ver el recorrido de los ticos en las montañas, donde el clima ha estado muy complicado, ha llovido mucho.
La última vez que se supo del avión de la Fuerza Aérea Argentina fue el 3 de noviembre de 1965, cuando se dirigía hacia Estados Unidos.
El viaje era el premio de graduación para los jóvenes cadetes, quienes conocerán varias bases militares en el país del norte.