Jesús Salvador Castillo Cerdas por poco se llena las manos de sangre al pensar en cometer el homicidio del finquero sancarleño Jorge Eduardo Jiménez Berrocal, conocido como Macho Jiménez.
Castillo es el segundo testigo que reciben en el juicio por el homicidio del finquero, el cual se lleva en la sala 13 del Tribunal Penal de Goicoechea.
Castillo afirmó que se vio tentado en aceptar ¢4 millones que le habría ofrecido un hermano del finquero, también de apellidos Jiménez Berrocal, de 56 años, conocido como Luigi, por asesinar a su pariente.
Este ofrecimiento, aseguró, se lo hicieron antes del 2011; sin embargo no recordaba la fecha exacta.
Castillo, de nacionalidad nicaragüense, expresó que para ese momento no conocía a la víctima. Solo al hermano que lo quería matar porque en un principio este era su patrón.
Él le preguntó a su patrón “¿cómo lo voy a matar si no lo conozco?” y señaló que este le respondió que le conseguiría una foto. Sin embargo, la conversación quedó ahí y no volvieron a hablar del tema.
“Diay, a mí simplemente me sonaron bien los cuatro (millones de colones) si había una alternativa había que hacerlo. Además que ni lo conocía”, expresó el testigo en la sala de juicio.
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El tiempo pasó y no se concretó nada más.
Sostuvo que le hicieron ese ofrecimiento de dinero al verlo que era nicaragüense y que era de un país considerado como violento.
Le ofrecieron más dinero
Luego Castillo llegó a conocer a Macho Jiménez (la víctima) porque le dio trabajo.
Macho Jiménez hasta convirtió a Castillo en el guarda de una de sus propiedades en Florencia de San Carlos.
La víctima tenía claro que Castillo era conocido de su hermano Luigi, con quien tenía problemas económicos y de propiedades.
El tiempo pasó y según testificó, en 2011 nuevamente Castillo recibió otra oferta de ¢8 millones por matar a Macho Jiménez, quien ahora era su jefe, la oferta una vez más la hizo Luigi, pero esta vez la rechazó porque ya era papá de dos niñas.
“Yo ya tenía dos chiquitas. También estaba bien con él (se refiere a Macho Jiménez) me pagaba bien, me había adaptado a la zona y me llevaba muy bien con él”, explicó que estas fueron las razones del por qué no aceptó.
Tiempo después, Castillo notó que su jefe estaba extraño con él y decidió preguntarle qué era lo que pasaba.
“Le dije: ¿Qué te pasa, Macho, por qué te veo extraño si nosotros bromeamos?, y él me dijo: ‘es que tengo miedo que vos me mates’, entonces le dije que no sea tan loco y mirá si yo te quisiera matar hace años te hubiera matado, si su hermano (Luigi) me lo ha ofrecido”.
“Solo quiero que sepás quién es el que anda detrás de vos, no sé por qué, entonces él me trajo a dar declaración en los Tribunales de Ciudad Quesada y no nos admitieron”, expresó el testigo.
Luego decidió ser testigo y confesar los supuestos planes que tenía Luigi de matar a Macho Jiménez.
Además de estas amenazas, Macho Jiménez denunció muchas otras que le habrían hecho dos de sus hermanos.
La familia de la víctima afirma que la Fiscalía de San Carlos nunca hizo nada pese a todas las denuncias.
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Macho Jiménez fue asesinado de múltiples balazos el 30 de enero del 2015, en un parqueo frente a la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás. En ese momento tenía 56 años.
Él se encontraba en ese sitio cerrando la venta de un carro cuando unos pistoleros a bordo de una moto le pasaron disparando sin piedad alguna.
En el 2011 se le metieron en su casa en Florencia de San Carlos con la intención de matarlo, pero la víctima ni su familia estaban.
De acuerdo con el testigo, Luigi le dijo que vieran en una sala de pool que estaba cerca y él llegó, sin embargo lo dejaron plantado, cuando Castillo regresó a la casa de Macho fue apuntado por unos hombres que buscaban a Macho Jiménez o al hijo, supuestamente, con el fin de asesinarlos.
El testigo mencionó que Luigi luego le afirmó que ese día a él le perdonaron la vida, porque de haber matado a Macho Jiménez y al hijo, también lo asesinaban a él.
“Ajá, te la jugaste porque no agarramos a ninguno”, aseguró el testigo que le dijo Luigi luego del ataque en la vivienda.