El Gato Félix, a sus 80 años, se volverá a sentar en el banquillo de los acusados, esta vez por el supuesto robo de unas reliquias de la iglesia católica de San Joaquín de Flores, en Heredia.
Aunque todavía no se ha fijado la fecha del juicio, será en los próximos meses que el hombre apellidado Araya Arias enfrentara a un tribunal, aunque ya muchas veces ha vivido lo mismo.
La Fiscalía de San Joaquín acusó al Gato y a otro hombre, de apellido Rivera Pérez, por un delito de hurto grave.
Este caso ocurrió el 8 de abril del 2019, cuando con la ayuda de un conserje, el Gato Félix al parecer se metió al templo para robar tres reliquias valoradas en ¢30 millones.
Esto ocurrió apenas cinco meses después de haber salido de la cárcel, tras cumplir una condena de 3 años por robar en un local de máquinas tragamonedas en Cañas, Guanacaste.
Araya tiene más de 45 años de estar metido en problemas, entrando y saliendo de la cárcel.
El criminólogo Gerardo Castaing ha insistido en varias ocasiones que la situación del Gato se volvió un círculo vicioso y por eso Araya siente como una necesidad cometer los delitos.
El Gato Félix es parte de la camada de delincuentes que se hizo famosa por compartir celdas dentro de la antigua Penitenciaria Central, donde también estuvieron personajes como los Hijos del Diablo.
Araya se hizo famoso por ser un gatazo a la hora de abrir cajas fuertes, pero a esto también se sumó que los medios de aquella época daban a conocer todas sus fechorías. No había nadie en el país que no supiera sobre él.
La Teja intentó conversar este lunes 2 de enero con Araya, pero uno de sus familiares aseguró que no iban a hablar sobre este caso.