Unas simples galletas para perro levantaron las sospechas contra uno de los tres acusados de matar a la anestesióloga María Luisa Cedeño.
Se trata del hombre de apellidos Miranda Izquierdo, ya que tras descubrirse el homicidio, este ofreció darle unas galletas a la perrita de Cedeño, de nombre Mafalda, para tranquilizarla, pero lo que llamó la atención de muchos es que él no tenía mascotas.
Así lo contó Daniela Ceciliano, exgerente de operaciones del hotel La Mansión Inn, donde Cedeño fue asesinada, durante el juicio que se lleva contra Miranda y dos hombres apellidados Herrera y Bodaan, este último era el dueño del lugar.
Tras relatar cómo fue que encontró el cuerpo de Cedeño dentro la habitación 3, Ceciliano contó que ella y el encargado de mantenimiento se llevaron a Mafalda al baño de la recepción, pues la perrita estaba temblando y muy nerviosa.
Ahí trataron de tranquilizarla, incluso le dieron pan para que comiera, pero Mafalda se negó. En ese momento fue que apareció Miranda para decir que él tenía unas galletas para perro en su habitación y que podría dárselas a la mascota de la doctora.
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“En ese momento dijo: ‘Yo tengo galletas para perro’, le pregunté por qué andaba galletas de perro y me dijo que siempre las andaba y se fue a traerlas, pero Mafalda no quiso, estaba muy intranquila”, contó.
La situación de las galletas para perro le llamó fuertemente la atención a Ceciliano por lo que ella le preguntó a la pareja sentimental de Bodaan si sabía algo sobre eso, pues al parecer, el dueño del hotel y Miranda eran amigos y se conocían desde hace tiempo.
“De hecho yo le dije a Danilo que por qué Luis Carlos tenía galletas para perro y me dijo: ‘No sé, porque él no tiene mascotas”, añadió.
En cuanto a Miranda, la exempleada también dijo que lo vio hablando con María Luisa pocos días antes de que ocurriera el crimen. Ella recordó verlos conversando cuando la doctora se dirigía a desayunar, eso fue tras la primera noche de Cedeño en el hotel.
También destacó que el día en el que se descubrió el crimen, uno de sus compañeros le había comentado que en horas de la madrugada vio a Miranda y a Herrera recorriendo los pasillos del hotel y le dijo que “algo andaban haciendo esos dos”.