En medio de mucha seguridad, madrazos y un despelote, Cristel Yariella Gómez Espinoza, de 27 años, más conocida como la Reina del Sur, fue sentenciada este viernes 4 de noviembre a 18 años de cárcel por narcotráfico y un año más por asociación ilícita, para un total de 19 años.
Junto a ella fueron sentenciados los 24 miembros de la banda de Erwin Guido Toruño, alias el Gringo, a 950 años de cárcel.
El Ministerio Público había pedido las condenas más altas contra dos hombres de apellidos Umaña Gómez y Díaz Noreña, pues estos fueron señalados como los supuestos sicarios del grupo criminal, quienes fueron condenados por homicidios y tentativas, infracción a la Ley de Psicotrópicos y asociación ilícita.
Umaña fue sentenciado a 146 años y el segundo a 126 años, penas que fueron readecuadas a 50 años.
El resto de penas fueron las siguientes: a un hombre de apellido Rodríguez, a 88 años (por infracción a la Ley de Psicotrópicos, asociación ilícita y homicidio calificado); a Salazar, a 86 (infracción a la Ley de Psicotrópicos, asociación ilícita, homicidio calificado y tentativa de homicidio); Valverde, a 71 (asociación ilícita y homicidio calificado); Murillo, a 71 (asociación ilícita y homicidio calificado); Morales, a 71 (infracción a la Ley de Psicotrópicos, asociación ilícita, homicidio calificado y tentativa de homicidio); Carillo, a 51 (Infracción a la Ley de Psicotrópicos, asociación ilícita, homicidio calificado y tentativa de homicidio) a ellos también la pena se les readecua a 50 años.
Mientras que a Madrigal (infracción a la Ley de Psicotrópicos, asociación ilícita y legitimación de capitales), irá al tabo 27 años; Calvo, a 10 (Legitimación de capitales) y Rodríguez, a 20 (Tentativa de homicidio).
A Atencio, 18 años por asociación ilícita e infracción a la Ley de Psicotrópicos, mientras que a Palacios y Betancourd, a 18; Godínez, Arguedas y Obando, a 16; a Zúñiga, Urbina, Alvarado, Ávalos y Campos a 14 años cada uno y a Rojas (mujer), a 11 años, todos ellos por ventas de drogas en San José, Atenas, Grecia, Palmares y Alajuela.
La sentencia fue dictada en el auditorio Miguel Blanco, ubicado en el primer piso del OIJ, donde se colocaron detectores de metales, llevaron perros policías, además en la sala solo se permitió el acceso a 20 personas de público.
Distanciados
Los imputados fueron sentados con gran distancia entre ellos y cada uno fue custodiado por dos o tres oficiales de cárceles del OIJ.
En la casa había casi 70 oficiales del OIJ y de la Fuerza Pública, así como custodios de sala de juicios.
Hasta el exviceministro de Seguridad, Michael Soto, que ahora es el jefe de la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ, estaba en el auditorio.
El tribunal estuvo integrado por los jueces Cristian Rodríguez, Hannia Soto, Raúl Madrigal y Max Escalante.
La Reina del Sur y los imputados escucharon la sentencia en la que además les recetaron un año de prisión preventiva, que vence el 4 de noviembre del 2023.
Los ánimos se caldearon cuando los jueces justificaron las sentencias.
Los jueces empezaron diciendo que don Walter Espinoza era el gran ausente de la sentencia, pues falleció por un aparente infarto y él fue quien, en el 2017, pidió que se empezara la investigación por un aumento de los homicidios.
Mientras que justificaban las penas, algunos de los imputados empezaron a pegar madrazos, algunos se pusieron violentos y los tuvieron que calmar, otros insultaron a los jueces y hasta gritaban que por presión de los medios de comunicación los condenaron, eso sí, la Reina del sur solo se mantenía atenta a lo que ocurría a su alrededor.
Hasta se dio un encontronazo entre uno de los custodios y el abogado Leonel Villalobos, y solo se oyó decir al defensor: “a mí no me toque”, aunque más tardito, en las afueras del auditorio, el abogado aseguró que fue algo menor, porque solamente quería estar seguro que no estuvieran en ese momento maltratando a su cliente y se acercó a él.
El juez Rodríguez pidió sacar de la sala a los privados que estaban gritando y el jefe de cárceles no aguantó nada y así ocurrió.
Incluso, a uno de los imputados lo tuvieron que controlar entre casi ocho oficiales de cárceles, porque hasta pataleó y terminó en el piso y lo cargaron como un saco de papas.
Al final del debate solo estaba la cuarta parte de los condenados en el auditorio.
Año y medio
Cristel fue detenida el 20 de agosto del 2019, ella trató de burlar a las autoridades enseñando una cédula falsa, pero un tatuaje en su antebrazo izquierdo la delató, mientras compraba en una tienda en Palmar Norte de Osa.
Para el OIJ, ella tenía posibles contactos con organizaciones internacionales de tráfico de drogas y era quien surtía a la banda de Toruño, con quien había confesado tener una relación sentimental.
El Gringo fue asesinado el 16 de diciembre del 2017. Su cuerpo recibió 139 puñaladas, principalmente en cara y cuello, y luego fue tirado en el Bajo Los Ledezma, en La Uruca.
El OIJ había informó, en aquella ocasión, que el ataque habría sido ordenado por otro líder narco, Luis Ángel Martínez Fajardo, conocido como el Pollo, quien descuenta prisión en una cárcel de Nicaragua desde setiembre del 2015.
Las intervenciones telefónicas fueron claves para la condena contra la Reina del Sur.
“Mucho se ha discutido de la intervención telefónica y acceso a la intimidad, eso protege la intimidad y el objetivo es resguardar la privacidad, en este caso un juez ordenó que se ingresara a la privacidad de esta estructura y a sus intervenciones telefónicas”, explicó el juez Espinoza.
Aunque el caso primero era contra 37 imputados, 12 de ellos se sometieron a un proceso abreviado. Además, un hombre de apellido Arley Umaña, alias Matapobres, fue separado de la causa por amenazar a una jueza y lo enjuiciaron y condenaron a 24 años de cárcel.