Doña Rosalia Bustos es una de las miles de nicaragüenses que está viviendo una pesadilla por el impacto del huracán Eta, ella asegura que nunca ha sentido la muerte tan de cerca.
Bustos tiene 45 años y aunque es de Managua, ella y su esposo se fueron a vivir a Puerto Cabezas por un negocito que tienen.
“Salimos con nuestros dos hijos desde el lunes a un albergue porque nos dijeron que era posible que de quedarnos nuestra vida corría peligro de muerte y no lo pensamos, dejamos todo, apenas sacamos ropa, papeles y unas cuantas fotos”, dijo Rosalía.
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— CD-SINAPRED Oficial (@cdsinapred) November 3, 2020
Así se muestran los vientos en el municipio de #PuertoCabezas pic.twitter.com/mZRGxBa1l2
Ella asegura que este martes fue aterrador porque en todo momento pensaron que el albergue no iba a resistir y el viento se los iba a llevar.
“El miedo te hace pensar que la muerte te va abrazar, yo deseaba como poder cavar un hueco con mis manos y meter a mis hijos para protegerlos del viento. No sabemos cuánto vamos a estar aquí, no sabemos si al regresar nos quedó algo, pero esto apenas comienza, mantenemos la fe intacta", aseguró Bustos.
El huracán Eta ha golpeado con toda su fuerza a Nicaragua, especialmente a la zona costera de Bilwi, donde incluso los albergues habilitados quedaron sin techo al no soportar los violentos vientos de más de 230 kilómetros por hora.
El huracán empezó a hacer estragos en horas de la madrugada de este martes 3 de noviembre, dañando varios locales y viviendas, lo que obligó a que miles de personas salieran en busca de un refugio.
#HuracánEta | Captan el preciso momento en que una pared colapsa producto de los fuertes vientos y lluvias provocados por el huracán Eta en Bilwi, Puerto Cabezas. Más detalles: https://t.co/Q9zYkDJajI (Video: cortesía) pic.twitter.com/M20iXxluWn
— LA PRENSA Nicaragua (@laprensa) November 3, 2020
El periodista independiente Adonis Miranda, en declaraciones a La Nación, contó que los damnificados tuvieron que ser llevados a ocho albergues que se establecieron en Bilwi.
Sin embargo, fue poco el tiempo que estuvieron a salvo, pues a eso del mediodía cuatro de estos lugares se quedaron sin techo por las ráfagas de viento de Eta.
"Ni los albergues aguantaron, quedaron sin techo. En la madrugada de hoy (martes) teníamos vientos muy fuertes que provocaron la caída de muchos árboles. Se había habilitado un colegio que se le llama Gran Ducado Luxemburgo, pero la infraestructura no aguantó, los vientos se llevaron todo el techo.
"Una iglesia, que fue habilitada, también quedó sin techo, a esta hora (mediodía) el viento que está haciendo es demasiado. En los barrios de Bilwi no hay luz, hay problemas con la comunicación, muchas familias se han autoevacuado”, explicó Miranda.
Según el comunicador, ante la falta de ayuda muchos de los afectados decidieron buscar refugio en casas de familiares, mientras que otros fueron reubicados por las organizaciones en otros puntos.
Trascendió que más de 30 mil personas han sido evacuadas por la llegada del huracán a Nicaragua, la gran mayoría son de las localidades de Bilwi y Prinzapolka.
“Las viviendas son de madera. Bilwi es una una región que alberga mucho indígena misquito, ramas, kreole, mayaena; viven en una situación de pobreza extrema”, mencionó el comunicador.
Miranda explicó que también hay preocupación por el tema del covid-19, pues las personas están más preocupadas de protegerse de ETA que de seguir las medidas para evitar la propagación del virus.
"En los albergues la población no toma medidas ante el covid-19. No están usando mascarillas ni el Gobierno toma medidas extremas para que usen mascarillas.
Los pobladores del Caribe nicaragüense están llenos de zozobra al no saber qué encontrarán cuando puedan regresar, incluso este martes un hombre observaba con tristeza como quedó el estadio de beisbol de Bilwi que estaba en construcción y Eta en segundos lo derribó, ese estadio era una de las ilusiones de ese poblado.
Este martes, en Honduras, no solo salvaron vidas de personas sino que se vivió el dramático rescate de un perrito que fue arrastrado por las fuertes corrientes del río Aguán en Sabá, Colón, una de las comunidades más golpeadas por las lluvias.
El animalito iba con la correntada cuando los bomberos se tiraron al agua y con ayuda de cuerdas lo sacaron.