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La iglesia católica de La Emilia de Guápiles, donde el pasado viernes un hombre fue asesinado, se hizo pequeñita debido a la gran cantidad de fieles que participaron este domingo en una ceremonia especial para pedirle perdón a Dios por ese hecho de violencia ocurrido en un lugar santo.
Así lo contó el padre Juan Carlos Álvarez, párroco de la parroquia del Sagrado Corazón de Guápiles, quien fue el encargado de llevar a cabo el acto de desagravio, que inició a las 3:30 de la tarde y se extendió por poco más de una hora, pues también aprovecharon la ocasión para hacer una misa.
“El acto de desagravio es un acto muy pequeño en el cual se le pide perdón a Dios por un hecho que va en contra del ser humano, en este caso como Abel y Caín, alguien que decidió tomar una vida que solo le es propia a Dios.
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“Por eso explicaba que el acto de desagravio no va en función de la persona que murió, sino del acto mismo de violencia, entonces se hace una oración previa pidiéndole perdón a Dios por el pecado humano contra la vida de una persona, en este caso del muchacho que murió acá en el templo”, explicó el sacerdote.
Como parte de este acto, el padre recorrió cada uno de los espacios del templo arrojando agua bendita, mientras se realizaban las respectivas oraciones. Luego de eso se realizó la santa eucaristía.
“Al ser un Domingo de Resurrección parte del rito posee algo que se le llama propiamente las peticiones de los difuntos, por eso la comunidad de La Emilia solidarizándose con la familia ha querido ofrecer la eucaristía por el muchacho”, añadió Álvarez.
El cura explicó que la Parroquia de Guápiles ha estado muy conmovida por lo ocurrido el Viernes Santo, por eso muchos miembros de otras filiales se acercaron para solidarizarse con la comunidad y con la familia del ahora fallecido.
Doña Sandra Hidalgo fue una de las tantas fieles que participó en la actividad, ella dijo que el acto fue muy bonito pues demuestra la fe que tiene todo el pueblo en que las cosas puedan mejorar.
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“Para nosotros como pueblo cristiano, fiel creyente en la palabra del Señor, hemos comprobado hoy que hay un Dios vivo que siempre nos protege y al cual debemos de buscar siempre. La cantidad de personas que vinieron este domingo nos llena de fe, aumenta más nuestra fe en un Cristo vivo y resucitado”, dijo la señora.
Esta ceremonia se realizó a raíz de lo ocurrido el pasado Viernes Santo, cuando dos gatilleros asesinaron dentro del templo a Luis Andrey García Mayorga, de 25 años y conocido como Bad Bunny.
Los sospechosos, un menor de 17 años y un hombre apellidado Dinarte, de 29 años, fueron detenidos poco después por un grupo de vecinos y oficiales de la Fuerza Pública.
