La familia del relojero Santiago Picado Fernández, de 65 años, lleva tres años de angustia esperando que se haga justicia por el atroz homicidio, pues el señor falleció a consecuencia de una brutal golpiza.

A esta amarga espera se le suma la decepción de que este lunes fue suspendido el juicio que se había fijado contra los dos acusados de darle muerte, dos hombres apellidados Narváez y Cortés.

“El debate por el cual consulta del expediente: 20-001479-0061PE del Tribunal Penal de Puntarenas contra un hombre de apellido Narváez y otro, por el delito de homicidio. El debate no se realizó y está pendiente de señalar”, confirmó el Poder Judicial a La Teja.

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Esa noticia fue como un baldazo de agua fría para los seres queridos del relojero, pues tenían la esperanza de que con ese debate finalmente se hiciera justicia por su trágica muerte.

“Realmente nada de lo que se pudiera hacer acá en la tierra de justicia nos lo va a devolver, tanto para las dos hijas, la familia y la mamá. Ha sido algo desgarrador ver a la mamá de él llorando por su muerte”, dijo una familiar del relojero, quien pidió que su nombre no fuera publicado.

Violenta golpiza

Don Santiago, muy conocido en Puntarenas por ser uno de los mejores relojeros, fue atacado la tarde del martes 27 de octubre del 2020, luego de que por poco es atropellado por el carro en el que viajaban los sospechosos de quitarle la vida.

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“Los ocupantes de ese carro le gritaron una gran cantidad de insultos y no quedando satisfechos con eso, uno de ellos se bajó y le dio una golpiza”, detalló en aquel momento Carlos Villalobos, subjefe del OIJ de Puntarenas.

Según el Poder Judicial, al parecer, fue Narváez quien golpeó con sus puños en el rostro al señor, provocando que éste cayera al suelo, y aprovechando esta circunstancia para propinarle en repetidas ocasiones puntapiés en la cabeza.

Picado luchó con todas sus fuerzas y se aferró a la vida, pero perdió la batalla el martes 6 de noviembre en el hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas.

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Ausencia que duele

En estas fechas, cuando la Navidad y el fin de año están a la vuelta de la esquina, es cuando los seres queridos del relojero extrañana aún más su presencia.

“Ha sido muy duro, para mí como una familiar muy cercana es duro ver el dolor que todos sentimos por su ausencia, sobre todo porque el mes pasado cumplió tres años de fallecido”, contó la familiar del relojero.

La esperanza de los seres queridos del relojero es que el juicio se reprograme lo antes posible, pues su mayor temor es que el caso se siga retrasando hasta quedar impune.