Entre la angustia por la espera del resultado de ADN, la llegada del bebé y el faltante de una cunita, las horas pasan lentamente en la familia del mensajero Jeffrey Vargas, de 30 años, de quien se desconoce su paradero desde hace un mes.
El 20 de octubre fue el último día que supieron de él. Iba en moto por calle Mesén, en La Unión de Cartago, donde repartía documentos.
Ahora médicos forenses muestras de ADN de su mamá, doña Estrella Ortiz, para compararlas con las de un cuerpo hallado el 21 de noviembre en la represa Brasil, en el cantón de Mora.
A los parientes del mensajero les dijeron que los resultados estarían listos en un mes. Es decir, coincidirá con el nacimiento del primer hijo de Jeffrey.
Los sentimientos que eso genera son contrarios. Por un lado hay incertidumbre y por otro mucha alegría por la llegada del bebito que tanto soñaban el muchacho y su esposa Mily Henríquez.
“Estamos esperando, queremos una respuesta, descartar que es Jeffrey, en un mes nos dicen, pero esperamos que sea antes”, dijo la futura mamá.
La esposa no ha dejado de buscar al mensajero esperando un milagro para verlo de nuevo en la casa.
La intranquilidad que ha experimentado en todo este tiempo ha sido mucha y cuenta que solo ha podido tomar acetaminofén, lo único permitido por su estado.
“Él (Jeffrey) está presente en todo momento, aunque me siento desgastada emocionalmente”, explicó.
El bebé se llamará Jeffrey y el deseo mayor de su mamita es que el padre lo conozca.
“Mi esperanza es que él esté con nosotros en el parto. Desde que supimos que sería un varoncito sabíamos que le íbamos a poner Jeffrey, así lo quería el papá”.
Mily tuvo una cita de control la semana anterior --por medio de videollamada-- y la próxima semana le espera otra. Los médicos quieren ver que el embarazo vaya bien en la etapa final.
La cuna que Jeffrey tanto quería para su hijo aún no la tienen.
“Él decía que quería ponerle una cunita en la parte alta de la casa, decía cómo quería acomodar. Con esta situación no he tenido mucha cabeza, para pensar sobre lo que nos hace falta, él es nuestro gran ausente y solo el regreso de él nos llenaría”, mencionó.
Mily agradeció a las personas que les han ayudado con ropita, pañales y toallitas, las describió como ángeles que les acompañan en los peores momentos.
OIJ no descarta que sea él
Lindsay Martínez Paniagua, jefe de la Unidad Delitos Varios, dijo que en la investigación por la desaparición de Jeffrey no encontraron un móvil que pudiera explicarla.
La idea más fuerte es que fue arrastrado por la corriente del río Tiribí cuando andaba en calle Mesén.
“Sabemos que ese día (20 de octubre) estaba lloviendo mucho y el río estaba desbordado. Coordinamos con tres represas, porque de haber sido arrastrado por el agua podía pasar por estas”, explicó Martínez.
“Hasta un dron se metió en las represas y se les dijo a los trabajadores sobre de la posibilidad que el cuerpo estuviera ahí para que nos informaran”, añadió,
Los investigadores no descartan que el cuerpo hallado el 21 sea el de Jeffrey, pero el estado en que se encontraba hizo imposible la identificación. Le realizaron la autopsia, pero no han revelado las causas de la muerte, por eso pasaron a los exámenes de ADN.
Enfocados
Los hermanos siguen buscando a Jeffrey y no se detendrán hasta tener el resultado forense.
Estas búsquedas los obligaron a dejar sus trabajos porque querían dedicarse por completo a tratar de hallarlo.
Jason trabaja en remodelaciones y en construcción, pero hizo a un lado el oficio por estos días; Germán es carnicero y Edisson estaba en bordados.
Jeffrey es el menor de seis hermanos y uno de los que más velaba por el bien de los papás.
“Hasta que nos digan que el cuerpo es o no es el de Jeffrey vamos a seguir buscándolo, no podemos esperar y que el tiempo solo pase”, dijo Jason.
Ellos les piden a las autoridades tratar de agilizar las pruebas para saber si se trata de Jeffrey y si no, que los continúen ayudando con los rastreos.