Jonathan del Río Torres, de 31 años, cumpliría en agosto de este 2023 tres años de estar viviendo en Costa Rica, se enamoró de este país y de una tica con quien convivía, además veía oportunidades para crecer en sus negocios.
Él era oriundo de Cartagena de Indias, Colombia y pese a las cosas buenas que encontró en suelo tico, su familia siempre le advirtió que consideraban a Costa Rica un país peligroso debido al aumento de crímenes de los que se enteraban por medio de las noticias.
El joven siempre les respondía con ejemplos positivos del país y sus allegados le terminaban de creyendo, sobre todo por ser quien estaba en este lado, contó a La Teja Wendy del Río, hermana de él.
“Yo le decía: ‘ese país me parece muy peligroso’, que se viniera (a Cartagena) porque igual era lejos, le explicaba que me parecía inseguro por muchos asesinatos”, manifestó la hermana.
Los peores temores se hicieron realidad la noche del martes 23 de mayo anterior cuando se enteraron, por medio de la pareja que él tenía, que lo habían matado.
A Jonathan lo atacaron dentro de la casa en la que vivía, en San Miguel de Desamparados, San José.
Las autoridades confirmaron que la víctima tenía dos puñaladas en el pecho y varios golpes.
“La esposa había salido ese día y no se llevó las llaves porque mi hermano le dijo que no iba a salir; cuando ella regresó vio todo apagado y comenzó a buscarlo.
“Nos pedía el número de cédula, nos decía que no lo encontraba (se refiere a él) por ningún lado y eso la preocupaba porque él siempre respondía”, manifestó la hermana.
Los minutos trascurrieron y al parecer fueron los papás de ella y un amigo de Jonathan quienes lograron entrar a la casa al forzar la puerta, en ese momento descubrieron los peores miedos, ya él estaba sin vida.
Confiaba en todos
Wendy describe a su hermano como una personas que le daba mucha confianza a los demás y teme que eso le haya jugado en contra.
Agregó que además era innato para los negocios y a todo le veía una oportunidad.
“Siempre fue una persona negociante, tenía mucha parla, se enamoró de Costa Rica y de la esposa, ya tenían su tiempito también, por ella también se quedó”, expresó.
Señaló que lo último que supo de él es que estaba administrando un taller mecánico y que en apariencia también se dedicaba a prestar dinero.
La familia también supo que los últimos dos meses llevó a la casa donde vivía a un colombiano oriundo de Cartagena, porque esta persona le dijo que no tenía donde dormir.
“Era muy amiguero, confiaba mucho en las personas y tenía un joven viviendo en la casa.
“Jonathan se movía tanto, si él veía a una persona de su tierra y veía que estaba mal económicamente, él le daba comida, al parecer esta persona no tenía dónde vivir y desde marzo anterior vivía con él y su pareja en la casa”, expresó la hermana.
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Tras el homicidio de Jonathan este hombre a quien él ayudó desapareció de la casa, ninguna pertenencia de él dejó y la familia teme que haya sido el responsable de hacerle daño.
“Nosotros siempre le hacíamos la advertencia porque él era tan buena gente y nunca tuvo malicia de nada”, manifestó.
Comentó que nunca les dijo que tuviera problemas con alguien.
“Nunca nos advirtió, ante tanta confianza que nos teníamos no nos dijo que alguien anduviera detrás de él”, sostuvo la hermana.
Recordó que siempre fue muy trabajador y no le conocían problemas con nadie.
“Toda su vida trabajó, tuvo muchos negocios acá (Colombia) tuvo discotecas, restaurantes, era una persona ambiciosa, tuvo negocios”.
En la Dirección de Migración señalaron que no aparecían movimientos migratorios de Jonathan, su familia asegura que llevaba toda la documentación para estar en suelo tico y creen que si hubiese sido un ajuste de cuentas contra él, también habrían acabado al hombre que él ayudaba dándole posada.
“Si Costa Rica es tan peligroso, para ser ajuste de cuentas tienen que llevarse a los dos”, señaló.
Jonathan dejó dos hijos de 10 años y 11 años que están en Colombia.
Al joven lo cremaron y la familia está esperando que les lleven las cenizas.
En la oficina de prensa del OIJ indicaron que no se tienen datos de los sospechosos, ni el móvil de este hecho.