Catalina Berrocal y su familia prácticamente viven encerrados dentro de su casa, en Alajuelita, por el enorme temor que sienten de encontrarse en la calle con el hombre que, al parecer, intentó raptar a su hija Daniela, de apenas 2 añitos.
Así lo contó a La Teja la angustiada madre, quien dijo que la vida de su familia ha cambiado drásticamente desde el pasado viernes 29 de setiembre, día en el que el sospechoso, un nicaragüense apellidado Pérez Sandoval, habría tratado de llevarse a la chiquita.
Afortunadamente, la Policía rescató a la menor y detuvo al extranjero, pero la pesadilla apenas iniciaba para Catalina y sus seres queridos, pues Pérez fue dejado en libertad poco después, con medidas cautelares y al día de hoy su paradero es un misterio, motivo por el cual se giró una orden captura en su contra.
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“Yo normalmente soy muy de estar en casa, pero prácticamente estamos aquí encerrados, porque solo imaginarme salir y topármelo de frente me da pavor, porque no sé cómo voy a reaccionar, o si nos puede hacer algo, entonces prefiero estar en la casa”, dijo Berrocal.
“A las 24 horas simplemente lo soltaron con medidas cautelares, teniendo todas las pruebas, evidencias y videos de que este sujeto fue quien lo hizo”.
— Catalina Berrocal, mamá de la niña.
Terrible decepción
Catalina dijo que enterarse de que el sujeto fue dejado en libertad fue un golpe muy duro para ella, pero todo empeoró cuando se enteró de que el extranjero se dio a la fuga, pues no se presentó a firmar a la Fiscalía de Hatillo, esto como parte de las medidas cautelares que le impusieron.
“Es indignante, no tiene palabras, porque realmente como costarricenses así nos sentimos, no nos sentimos dignos de ser protegidos por las autoridades, no nos sentimos dignos de tener esa libertad, de andar tranquilos, todo por una decisión como esa que tomaron”, aseguró la madre.
Hasta el momento la familia de la niña no ha recibido ninguna información por parte de las autoridades y aunque es muy posible que Pérez haya huido de Alajuelita, esto no le garantiza ninguna tranquilidad a los papás de la chiquita.
“Uno se siente desprotegido, porque aunque anden patrullas por aquí ellos (los policías) no van a decir: ‘Mirá, esta es la mamá de la chiquita que quisieron robarse, vamos a dejarle una patrulla aquí'”, dijo Berrocal.
Se desespera
Daniela apenas tiene 2 añitos y a su corta edad es probable que no entienda el peligro al que estuvo expuesta, pero su mamá piensa que en el fondo la pequeñita sí se vio afectada por esa traumática situación, pues su comportamiento ha cambiado desde ese día.
“Nosotros creemos en la protección que Daniela tuvo de parte de Dios”.
— Catalina Berrocal, mamá de la niña.
“Mi esposo me dice que tratemos de no achacarle el comportamiento a la situación, pero yo como mamá que estoy con ella todo el día, sí noto un comportamiento diferente, la veo más alterada, ella siempre fue muy apegada a mí, pero ahora es el triple, no puede ver que yo entre al baño porque se desespera al no verme”, contó Berrocal a La Teja.
Mientras Catalina conversaba con este medio por vía telefónica, al fondo se podían escuchar los gritos de la pequeñita, situación que, según la mamá, antes no se daba con mucha frecuencia.
“Esos gritos son de hace una semana para acá, ella no acostumbraba a gritar así, pero ahora ella está como muy a la defensiva, yo sé que puede ser por la etapa en la que está, pero sí la he sentido un poquito diferente”, agregó Berrocal.
Afectados
No solo la pequeña Daniela se habría visto afectada por el presunto intento de rapto, su hermano mayor también fue golpeado por esta situación, pues Berrocal contó que él ahora se ha vuelto superprotector con ella y su hermanita.
La madre dijo que el cambio en el comportamiento de Daniela lo ha notado en las pocas ocasiones que han salido de su casa desde lo ocurrido, pues la pequeña evita tener contacto con otras personas.
“No solo estamos en peligro nosotros, sino cualquier otro chiquito o familia”.
— Catalina Berrocal, mamá de la niña.
“Ella siempre ha sido muy amiguera, a todo mundo saludaba y le hablaba, de hecho vacilando le decíamos ‘miss Conce’; pero he notado ese cambio, no es que sea uraña, pero ya anda como precavida, yo antes le decía que le dijera hola alguien y ella lo hacía con la manita, ahora se queda como pensando”.
Berrocal dijo que siguen muy preocupados por no saber dónde está el sospechoso, pues temen que el caso pueda quedar impune, pero lo que más los consterna es el hecho de que este pueda tratar de hacerle lo mismo a otro niño.