Los familiares de Yendry Francinie Loaiza Fernández perdieron la paz luego de que la joven fuera asesinada y aún no haya responsables por el homicidio.
Yendry tenía 16 años cuando la asfixiaron y enterraron en una fosa en un sembradío de cas, carretera a un lugar llamado La Lola, en 28 Millas de Batán, en Matina de Limón.
Ella desapareció el jueves 22 de agosto del 2019 y luego de varios días de búsqueda su cuerpo apareció ocho días después, la tarde del viernes 30 de agosto.
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Mitzi Loaiza, hermana de Yendry, asegura que el padrastro de ellas ha recibido en tres ocasiones amenazas de muerte por estar pendientes de la investigación.
“Nos duele la manera en la que la mataron y también nos duele ver que las autoridades no se mueven con este caso, ha pasado un año y no vemos avances, parece que el caso ha sido abandonado, los sospechosos siguen libres y nosotros tenemos miedo, ya sea de que nos los topemos en la calle o que le hagan daño a otras personas”, expresó Mitzi.
Aseguró que las autoridades judiciales están al tanto de estas amenazas.
“Lo único que queremos es que las autoridades no se olviden de mi hermana, era una muchacha buena, estaba estudiando y le esperaba un gran futuro, no tenía problemas, solo le hicieron el daño y nos dejaron tristeza por su ausencia”, expresó la hermana.
Explicó que nunca antes habían perdido un familiar de una manera tan cruel, tampoco sabían lo que era vivir con temor por recibir amenazas.
“Mi padrastro le dijo a los investigadores el detalle de esas amenazas, porque nunca antes habíamos tenido que vivir una situación tan dolorosa y traumática”, aseguró Mitzi.
Detalló que el cuarto de Yendry lo mantienen como ella lo dejó.
“Cuando mi hermana desapareció y la hallaron sin vida, nuestra mamá estaba embarazada, sufrió mucho, ya pasó más de un año y mami no se ha podido deshacer de las cosas de Yendry, todo permanece intacto, esperando como si ella volviera”.
A Mitzi le angustia no tener el dinero suficiente para contratar un abogado.
“Solo nos queda esperar y confiar en la justicia terrenal porque sabemos que de la justicia divina nadie se salva”, dijo.
Reviven tristeza
Mitzi dice que cada vez que escuchan noticias sobre Allison Bonilla, la joven vecina de Cachí de Cartago desaparecida desde hace más de seis meses, se abre la herida.
“El caso de Allison nos conmueve, por ninguna de ellas se ha hecho justicia, cada vez que escuchamos de Allison es revivir recientemente la muerte de mi hermana.
“Nada ni nadie les devolverá a ellas la vida, pero los responsables de quitarle el derecho a existir deben pagar por esto, queremos sentir la paz que los responsables pagarán con cárcel y a ninguna otra mujer le harán daño”, manifestó esta hermana.
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Yendry, era la tercera de cinco hermanos, ella estudiaba en el Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea) la última vez que se le vio con vida iba a estudiar, ella siempre andaba con su bicicleta tipo banana, color rosada.
La bici apareció en manos de un indigente de apellido Lezcano Cascante, quien le dijo a las autoridades que se la compró a otro sujeto de apellido Soto Urbina, este tipo resultó ser un conocido de Yendry.
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A ellos los detuvieron como sospechosos y en setiembre del 2019 los dejaron libres.
Las autoridades judiciales afirman que el caso lo mantienen abierto.