La familia de Michelle Daniela Montes Pérez le cumplió su último deseo en vida, celebrar sus 15 años.
La joven fue asesinada el domingo 14 de febrero en la urbanización La Flor, en un lugar conocido como Gallo Manso junto a su mamá Mayra Raquel Pérez Mena, de 40 años y su hermana, Joselyn Solórzano Pérez, de 24 años.
Este viernes 19 de febrero sería un día especial para “Mich”, como le decían sus amigos, pues cumpliría sus 15 primaveras, pero sus papás habían decidido hacerle la fiesta un día después y hasta repartieron las invitaciones para su pachanga soñada.
Sin embargo, la ilusión de todos sus seres queridos se apagó cuando unos pistoleros atacaron a doña Mayra (recibió balazos en el estómago, el brazo y la axila izquierdos); Joselyn fue herida en la cara, el cuello, el abdomen, las costillas y el brazo izquierdo y a la adolescente, quien recibió disparos en la espalda, la pierna derecha y el pecho.
Pero el papá de Michelle, José Montes, junto a familiares, amigos y vecinos decidieron ir este sábado al cementerio, en la comunidad de Gallo Manso, para celebrarle los 15 años años a la joven.
Una de las vecinas, contó que esperaron a que empezará a oscurecer para rendir tributo a la muchacha.
“Esa mujercita estaba ilusionada por esa fiesta, solo de eso se hablaba en la casa de ellas, y era una ilusión contagiosa, su papá está destrozado”, dijo una vecina.
Al cementerio llevaron flores, unas bailarinas rosadas para los centros de mesa, un rotulo iluminado con el número 15, y hasta un pequeño pastel rosado y blanco que lo colocaron sobre la tumba. Algunos allegados portaron la foto de Michelle en sus camisetas.
Uno de los momentos más duros fue cuando el papá bailó solito ante los presentes el “Tiempo de Vals” de Chayanne, gracias a un parlante inalámbrico que llevaron. Además brindaron por la jovencita y le felicidad que les dio durante su vida.
Los allegados también le pusieron otras canciones que les gustaban y pasaron un largo rato en el camposanto.
El caso de la muerte de estas tres mujeres está en investigación y aún no hay personas detenidas, aunque se maneja como un posible ajuste de cuentas, pese a que los allegados aseguran que ellas no tenían problemas con nadie. Doña Mayra se dedicaba a vender almuercitos en las bananeras.