Sucesos

Falsos vaqueros usaron cédula robada para llegar hasta pareja pensionada y asesinarla cruelmente

El caso estuvo a punto de ser archivado, pero un error de uno de los asesinos permitió que se resolviera casi 10 años después

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Alfredo y Tania Espinoza, pareja de cubanos pensionados asesinados en su condominio en Jaco. Foto: Archivo GN (Cortesia)

Don Alfredo Espinoza, de 76 años, y su esposa doña Tania Nieves, de 70, escogieron un lujoso condominio en Jacó, Puntarenas, para disfrutar sus últimos años de vida en un ambiente pacífico; lamentablemente, su historia tuvo el peor de los finales.

El apartamento, que debía ser un sitio seguro para esta pareja pensionada, quienes nacieron en Cuba y vivieron varios años en Estados Unidos, se convirtió en el escenario de un cruel crimen, pues ambos fueron asesinados por un grupo de falsos vaqueros que se aprovecharon del buen corazón de ambos.

Para cometer el atroz crimen, los asesinos idearon un plan con el cual lograron evadir los sistemas de seguridad del condominio sin levantar ninguna sospecha. Un punto clave fue que uno de ellos conocía a la pareja y se aprovechó de esa confianza para entrar hasta su hogar.

Los desalmados estuvieron a punto de salirse con la suya, pues pasaron casi 10 años sin que las autoridades pudieran resolver ese doble homicidio; sin embargo, uno de los asesinos cometió un error que terminó siendo clave para que se hiciera justicia.

Así lo contó a La Teja José Carrillo, agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) encargado de ese caso, quien destacó ese hecho, ocurrido en el año 2010, como uno de los más difíciles que ha tenido que investigar, debido al grado de violencia con el que actuaron los delincuentes.

“Puedo decir que fue una escena muy impactante, porque fue muy brutal la muerte que les dieron; hubo exceso de fuerza y de violencia, los ataron con gazas plásticas,y les pusieron bolsas plásticas en las cabezas hasta asfixiarlos”.

El doble homicidio de la pareja fue descubierto el viernes 24 de setiembre del 2010, cuando sus cuerpos fueron encontrados dentro del apartamento 701, en el sétimo piso del condominio Acqua Residences, en Jacó.

Para ese entonces Carrillo era el encargado de las investigaciones de homicidios en esa zona, por lo que fue de los primeros en ser alertado sobre el caso.

“Ingresamos a la escena y encontramos dos cuerpos, de un hombre y una mujer, ambos atados de pies y manos con gazas plásticas, con bolsas plásticas en las cabezas, también gazas plásticas en el cuello y cinta adhesiva. La señora estaba en la habitación principal y el señor estaba en la tina del baño”

Tras revisar el apartamento los investigadores se dieron cuenta que había signos de registro; incluso, la caja fuerte estaba vacía, por lo que la primera línea de investigación señalaba que doña Tania y don Alfredo habían sido asesinados para robarles.

“No encontramos las joyas de doña Tania, que los vecinos decía que ella siempre portaba”, añadió Carrillo.

El crimen causó mucha conmoción, pues ocurrió en un condominio muy seguro.

El investigador comentó que la pareja vivía en Costa Rica desde el 2007 y doña Tania era la encargada de recolectar el dinero de los alquileres de ese mismo condominio donde vivían, pues era amiga y socia del dueño.

“Doña Tania tenía sus joyas, anillos, pulseras y cadenas, pero eso no significaba que ella fuera una persona de mucho dinero; más bien, de acuerdo con la victimología, don Alfredo se quejaba mucho porque decía que Costa Rica era muy caro y pensaba en regresar a Miami”.

Carrillo contó que de inmediato trabajaron la escena con técnicos y la patóloga del OIJ, quienes se encargaron de inspeccionar el cuarto de la pareja, así como una habitación en el piso inferior que, según la gerencia, fue alquilada por unos sujetos sospechosos.

“La gerencia del lugar nos dijo que los posibles responsables habían estado hospedados en una habitación un piso abajo. Nosotros trabajamos esa habitación y se levantaron unos dígitos (huellas) de un sobre, también se levantaron unos dígitos de las bolsas que cubría la cabeza de doña Tania. Esas huellas las ingresamos al Sistema AFIS (sistema computadorizado de identificación dactilar) para determinar si los dueños de esas huellas estaban reseñadas o no”.

Durante la inspección hubo una situación que llamó la atención de Carrillo, y fue el hecho de que en todo el edificio el único apartamento que contaba con un visor en la puerta era el de la pareja asesinada.

“Antes de abrirle a alguien primero se iban a asomar por el visor, no le iban a abrir un extraño, eso nos dio criterio para pensar que ellos conocían a los victimarios”.

“Eran dos personas adultas mayores que no tenían ninguna resistencia, no tenían fuerzas para defenderse, fueron muy cobardes estos sujetos por la forma en la que los mataron”

—  José Carrillo, agente del OIJ.

Mujer ayudó a los “vaqueros”

Por tratarse de un edificio que contaba con sistema de videovigilancia, el OIJ se enfocó en recolectar las grabaciones hechas por las cámaras, y fue de esa forma que descubrieron que los sospechosos eran cuatro hombres y una mujer que habían llegado a ese condominio.

“Esta mujer cuando estaba en la recepción siempre evadió la cámara que estaba arriba en la pared, tenía un sombrero de estos de ala grande; además, usaba anteojos y era de contextura muy delgada”.

En cuanto a los sujetos, Carrillo recordó que los cuatro iban vestidos con camisas de cuadros de manga larga, sombreros tipo vaquero, anteojos oscuros, pantalones de mezclilla y botas.

Gunter Otero Madrigal se quitó la vida estando detenido en El Salvador. Foto: Cortesía del ministerio de Justicia. (Cortesía del Ministerio de Justicia.)

“Sabían dónde estaban las cámaras, porque el comportamiento que se ve en ellos es que tratan de evadir las cámaras; entonces, eso nos hizo presumir que las personas que mataron a don Alfredo y a doña Tania conocían el lugar, sabían dónde estaban las cámaras y cómo eran los sistemas de ingreso”.

En cuanto a la mujer, que fue quien hizo la reservación, los investigadores descubrieron que esta usó una cédula que había sido robada, días atrás, a una muchacha en un bar de la calle de La Amargura, en San Pedro.

Según Carrillo, todo apuntaba a que entre los sospechosos había una persona que conocía muy bien el edificio y a la pareja, por eso fue que le pidieron a la gerencia una lista de empleados y exempleados. Por medio de esa diligencia fue que apareció el nombre del primer sospechoso: Gunter Otero Madrigal.

“Al hacer el estudio de los teléfonos apareció uno registrado a nombre de Gunter, el cual llamaba al de doña Tania. Este sujeto hablaba inglés muy bien y para ese entonces doña Tania estaba con la venta del penthouse y, posiblemente, esto fue aprovechado por este sujeto para tener ese acercamiento con ella y llevar a sus cómplices”.

En cuanto a Gunter, Carrillo contó que lograron averiguar que este trabajó por algún tiempo como recepcionista en dicho condominio, y en ese puesto fue como se ganó la confianza de la pareja. También mencionaron que era vecino de Cañada Sur, en San José, y era una persona que pasaba saliendo del país.

El OIJ confirmó que las huellas encontradas en el piso inferior al de la pareja correspondían a Gunter, pero cuando trataron de ir por este, descubrieron que pocos días después del homicidio este había viajado a Estados Unidos y luego a España, donde le perdieron la pista.

“Cuando ya estamos seguros de la participación de Gunter en este homicidio solicitamos a la Fiscalía que girara una orden de captura internacional por medio de la oficina de la Interpol nuestra”.

En cuanto a las otras huellas, Carrilllo recordó que estas permanecieron sin dueño en el Sistema Afis por casi 9 años. El caso se enfrió tanto que pensaron que iba a prescribir; sin embargo, ocurrió una situación que revivió la investigación.

En el 2019 Carrillo recibió una llamada que lo llenó de esperanza, pues le informaron que, finalmente, el Sistema Afis había encontrado a la persona que le correspondía la huella encontrada en la bolsa que se había puesto en la cabeza de doña Tania.

“Se trataba de un sujeto de nombre Maikol Martínez Largaespada, quien al igual que Gunter, era vecino de Cañada Sur”.

Don Alfredo y doña Tania deseaban pasar sus últimos años disfrutando de las bellezas de Jacó. (Rafael Pacheco Granados)

Carrillo contó que Martínez había sido detenido por un hecho de violencia doméstica, por lo que fue reseñado por las autoridades y al momento de ingresar sus huellas dactilares se dio la alerta de que coincidían con las encontradas en la escena del doble homicidio.

La suerte le seguiría sonriendo al OIJ, pues también recibieron noticias de que Gunter había sido detenido en el aeropuerto Juan Santamaría, aunque duró muy poco tras las rejas.

“Le dictaron prisión preventiva y fue ingresado al centro penal de Puntarenas, pero de ahí logró escapar un domingo y, nuevamente, se le giró una alerta de captura internacional”.

Poco después, Otero fue detenido en el aeropuerto de El Salvador, cuando pretendía tomar un vuelo hacia Europa. A los días el OIJ recibió la noticia de que Gunter se había quitado la vida tras ingerir varias pastillas.

La justicia para los seres queridos de don Alfredo y doña Tania llegó 10 años después de su muerte, pues el miércoles 6 de mayo del 2020, el Tribunal Penal de Quepos condenó a Maikol Martínez Largaespada a 75 años de cárcel, pena que fue readecuada a 50 años, que es el máximo que una persona puede estar en la cárcel, según la legislación costarricense.

El final de este caso tuvo un sabor agridulce para los agentes que participaron en la investigación, ya que, pese a los esfuerzos hechos, no se logró identificar a la mujer ni a los otros dos sujetos que participaron en el crimen.

En cuanto al móvil del homicidio, Carrillo señaló que Gunter fue la mente criminal detrás de todo, pues él creía que la pareja era muy adinerada, pero estaba equivocado.

“Llegamos a la conclusión de que Gunter pensaba que ellos manejaban mucho dinero, pues de seguro veía a doña Tania cobrar los alquileres y pensaba que ese dinero lo guardaba en el apartamento y luego lo entregaba al propietario. Lo que nunca se dio cuenta fue que doña Tania una vez que recibía los dineros los iba a depositar a la agencia bancaria que estaba cruzando la calle”.

Gunter se había ganado la confianza de la pareja por haber trabajado como recepcionista en el condominio.
Residencias Acqua en Jaco.en donde encuentran una pareja de cubano-norteamericanos muertosen su condominio con brazos y pies amarrados y con una bolsa plastica en su cabeza.Foto.Manuel Vega 24-09-10. (Manuel Vega )
Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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