De lo malo puede surgir algo que ofrezca un mensaje positivo y este es un ejemplo muy apropiado.
En la cárcel La Reforma pusieron manos a la obra y le dieron forma a un árbol de Navidad muy distinto a los vistos: está hecho con armas decomisadas en ese sitio a personas presas.
La idea es que, sin perder de vista lo que representan, sea posible ver que fueron transformadas en uno de los símbolos más conocidos de la esperanza.
Marysia Grijalba, psicóloga de la Policía Penitenciaria, nos contó que ellos están acostumbrados a ver montones de armas hechizas: machetes, platinas y hasta cortauñas. Es parte del trabajo.
Esos objetos atemorizan y son decomisados constantemente y la cantidad permitió darle forma al árbol tan poco común.
La idea surgió hace poco más de un mes y escogieron a tres privados de libertad que trabajan en uno de los talleres de La Reforma para que ayudaran a armarlo y a soldar las piezas.
La psicóloga detalló que usaron 141 armas para levantar el “ciprés de metal”, que mide 1,71 metros.
“La idea principal fue hacer algo bonito que se construyera con desechos de las cárceles, el árbol nos pareció bien porque con estas armas siempre lo que vemos es que están acumuladas y guardadas hasta en baldes porque son demasiadas”, dijo.
Ahora vieron más allá de eso.
“Este año ha sido bien difícil para todos, queríamos que esos elementos de agresividad, usados para hacer daño, pudieran transformarse y darles un sentido distinto.
“Cada una de esas armas hechizas tiene una historia no solo de los privados de libertad, sino también de los compañeros (policías) y su trabajo en equipo para decomisarlos y sacarlos de los recintos carcelarios”, dijo la psicóloga.
Asegura que cuando a los reos les dijeron que iban a hacer se quedaron sorprendidos, pero a la vez se emocionaron tanto que duraron tres días en construirlo.
Lo que más los tenía pensando era en lo positivo de usar las armas para algo así y no con fines dañinos.
“Pensamos en pintarlo todo verde, pero no porque iba a perder la esencia, apenas le pusimos un barniz. Tiene platinas, puñales, cuchillos, cortauñas, limas y hasta un garfio, todo lo que ellos usan y con lo que se las ingenían para construir las armas”, dijo Marysia.
“Los puños (de las armas) llaman la atención porque todos son distintos, hay unos hasta tejidos, muy bonitos, de colores, de tela”, dijo.
Hasta la estrella
El arbolito tiene una estrella de David grandota hecha con machetes y “fierros” más gruesos. La base es parte de una silla de rodines, viejita, que estaba en una oficina penitenciaria, pero la arreglaron y la pintaron bien bonita.
Le colocaron series de luces y los trabajadores penitenciarios le pusieron adornos con palabras como paz, amistad, solidaridad, esperanza, compartir, amor y hasta nostalgia.
“Esta es la primera vez que utilizamos algo así decomisado para construir, fue muy bonito, la verdad”, comentó la psicóloga.
El arbolito fue llevado este lunes a las oficinas de la Dirección de la Policía Penitenciaria, en Los Yoses, con mucho cuidadito y bien envuelto para evitar una herida.
Según nos contó la psicóloga ha sido una locura y quienes llegan a las oficinas se detienen a verlo con atención y se asombran cuando descubren de qué está hecho.
“A la gente y a los compañeros les encantó, llama mucho la atención, les da curiosidad, hasta le toman fotos. Estamos contentos porque esa era la idea, que generara algo positivo”, dijo.
Lo que no saben todavía es qué pasará con el arbolito después de la Navidad, si lo van a guardar para otras festividades.
El Ministerio de Justicia informó que este año ha decomisado en La Reforma 9304 armas, el mes más “caliente” fue mayo, cuando les quitaron a los privados 1320. En promedio incautan entre 400 y 1000 por mes.
Doña Marysia asegura que así como se logró hacer este arbolito tan positivo esperan, en el futuro, llevar adelante otros proyectos en los que también --por medio del arte-- se pueda sacar algo positivo de algo negativo.
Lo que antes era puro filo mortal sostiene ahora luces navideñas, tan asociadas con la esperanza.