Lizbeth Ruiz Muñoz, de 49 años y conocida por sus vecinos como “Betty”, murió a manos de un hombre que era conocido de ella y de su esposo, Leopoldo Rivas, de 62 años y a quien le dicen “Polo”.
Ese “amigo” --un nicaragüense de apellidos Sevilla Salas y 23 años-- es ahora sospechoso de matar a la señora, quien habría defendido a su pareja cuando el extranjero lo amenazó con quitarle la vida si no le entregaba la platita que había recibido por su pensión de invalidez.
El hecho mortal ocurrió poco después de las 6:30 p.m. de este domingo 3 de octubre en el barrio Las Margaritas, en La Fortuna de Bagaces, Guanacaste.
Según informó la oficina de prensa del OIJ, Sevilla acostumbraba visitar a la pareja y el domingo llegó algunos minutos después de las 2 p.m. para compartir un rato.
Aryery Ruiz, hermana de Betty y quien dijo no conocer a Sevilla (sí sabía de sus visitas), contó: “Ellos estaban tomando (licor) ahí y, al parecer, el muchacho sabía que ya le habían depositado la plata de la pensión y supuestamente agredió al señor para que le diera el dinero. Mi hermana se dio cuenta de lo que estaba pasando y se metió a defenderlo”.
— "De ese sujeto no se sabe mucho, solo que era de otro pueblito o de una finca de por aquí, yo solo lo conocía como de vista", dijo Aryery Ruiz, hermana de Lizbeth.
Debido a un accidente laboral que sufrió años atrás, don Leopoldo usaba muletas y, al parecer, Sevilla aprovechó que no las tenía cerca para llevarse a Betty por la fuerza hasta la cocina de la vivienda, donde habría tomado un cuchillo y la habría asesinado.
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Intentó matar a don Polo
Después del ataque a Betty, Sevilla habría regresado a donde estaba don Leopoldo y lo atacó con el mismo cuchillo. A como pudo, el señor se defendió y solo sufrió un corte en la cabeza y varios golpes en otras partes.
“Se presume que el móvil era el robo del dinero de la pensión del señor ya que, supuestamente, cuando iba a ser atacado por el ahora detenido, este le pedía que le entregara el dinero de la pensión”, informó la oficina de prensa del OIJ.
El extranjero huyó de la vivienda y don Polo aprovechó para pedirles ayuda a sus vecinos, quienes llamaron a la Cruz Roja.
Aryery contó que don Leopoldo fue llevado por paramédicos hasta el hospital Enrique Baltodano Briceño, de Liberia, donde se encuentra internado y fuera de peligro.
Triste noticia
La hermana de Betty dijo que este domingo ella fue a visitar a una tía que vive en el barrio Las Margaritas, por lo cual se enteró del homicidio de su hermana a los pocos minutos de haber ocurrido.
“Llegó una muchacha diciendo que algo había pasado por la casa de Lizbeth, yo para eso ya me había ido, pero mi tía me llamó y me dijo que me regresara porque algo había pasado. Cuando llegué (a la casa de Betty) ya estaba la Policía y toda la gente del barrio, no vi nada más porque no dejaban entrar. Para todos nosotros fue horrible enterarnos de lo que había pasado”.
— Si usted desea ayudar a la familia de doña Lizbeth con alguna donación para que se realice su funeral puede contactarlos al teléfono 8351-0527.
Atrapado y vapuleado
Aryery detalló que el homicidio de su hermana causó tanta indignación en los vecinos del barrio que algunos se organizaron para buscar al extranjero, pues les llegó información de que aún andaba por la zona.
Después de una intensa búsqueda, a las 8:30 p.m., allegados y vecinos de Betty encontraron a Sevilla cuando caminaba cerca del colegio de La Fortuna de Bagaces.
“Al parecer el chavalo se intentó meter una casa, pero ahí lo agarraron y lo vapulearon”, añadió Aryery.
Luego el sospechoso fue puesto a las órdenes del Ministerio Público. Al cierre de esta nota no se habían dado a conocer si le pusieron medidas cautelares.
Muchos años juntos
Aryery Ruiz afirmó que Betty y don Polo tenían más de 20 años de relación y que Lizbeth siempre se esmeraba por cuidar a su esposo. La única fuente de ingreso que tenían era la pensión del señor.
“Ella tenía 49 años y vivió por muchos años ahí con ese señor, ella lo cuidaba mucho, incluso tuvieron un hijo que ahorita tiene como dieciséis años. A ella la recuerdo como una mujer muy humilde, amable, tranquila y, como dice uno, pacienzuda, no tenía problemas con absolutamente nadie”.
La familia de Betty les pide a las autoridades que hagan justicia.