La muerte alcanzó al exoficial de la Fuerza Pública Fabián Herrera Ramírez seis años después de que este sobrevivió al balazo que un asaltante le pegó en la ingle. Ese hecho ocurrió en Curridabat en febrero del 2015.

Herrera, de 30 años, fue asesinado la noche de este viernes por un gatillero que le disparó en cinco ocasiones cuando él se encontraba trabajando en el puesto de tiempos y lotería que le pertenece a su mamá.

El violento hecho ocurrió minutos después de las 6:30 de la tarde en San Blas de Cartago, 400 metros al este de la subestación de la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec).

Según testigos, el homicidio fue cometido por dos hombres que andaban en una moto y que ya habían pasado en varias ocasiones por el lugar.

Al parecer, los sospechosos se estacionaron cerca del puesto de Herrera y el que viajaba como acompañante se bajó para atacarlo, luego ambos se dieron a la fuga.

Trascendió que el gatillero que mató al exoficial andaba un bolso de una compañía de entregas a domicilio para no llamar la atención.

Cuando los paramédicos de la Cruz Roja llegaron a la escena ya no había nada que hacer por Herrera.

De momento, las autoridades no han determinado el motivo del homicidio; sin embargo, trascendió una versión extraoficial que señala que el expolicía había sido amenazado anteriormente por una deuda que tenía.

Sobrevivió a balacera

Herrera era muy conocido por un hecho que ocurrió en febrero del 2015, cuando aún era policía, pues él y su compañero, Carlos Prado Portuguez, fueron baleados al tratar de detener a dos asaltantes en Curridabat, San José.

Los hechos se dieron en las inmediaciones de Café Volio, en Curridabat, cuando los dos oficiales recibieron la alerta sobre dos sujetos que habían asaltado a varias personas y huyeron a pie.

En la persecución los policías fueron atacados a balazos por los asaltantes, de apellidos Carmona y Ledezma, este último falleció en el lugar después de recibir un disparo.

Fabián resultó herido en la ingle, mientras que Prado recibió un disparo en el pecho, ambos oficiales sobrevivieron al hecho.

La Teja conversó con Prado, quien también es expolicía, acerca del homicidio de su amigo y dijo que recibió la noticia fue un golpe al corazón, pues le tenía mucho aprecio a Herrera.

“Anoche (viernes) otro excompañero de la delegación de Curridabat me escribió para contarme lo que había pasado, luego me llegaron como 30 o 40 mensajes, me quedé en shock, sobre todo por lo que pasamos juntos, fue algo que me dolió mucho”.

Revivir el dolor

Prado dijo que él y Herrera, quien salió de la Fuerza Pública en el 2017, solo trabajaron juntos por un año, pero en ese tiempo se hicieron muy unidos debido a lo que pasó en Curridabat.

El exoficial dijo que en estos momentos solo puede pensar en la familia de su amigo, que lamentablemente vuelve a pasar por un momento muy difícil.

“Ahora me ponía a pensar que la familia de él lo que vivió en ese entonces lo está reviviendo ahora, pero de una forma más trágica”.

Prado recordó a Herrera como un buen oficial y una excelente persona, a quien nunca se le veía enojado y que pasaba enamorado de su mamá y su hermana menor.

—  “Lo recuerdo como un pan de Dios, como sobrino era era excelente y como hijo como pocos, porque de verdad que mi chiquito a su madre la amaba”, dijo Seidy Ramírez, tía del exoficial.

Amoroso y especial

La mañana de este sábado doña Seidy Ramírez, tía de Fabián, y varias primas del expolicía llegaron hasta el puesto de lotería donde ocurrió el crimen para limpiarlo y colocar un lazo negro en señal de luto.

“Fabiancito fue policía hace años en San José, pero había tenido un altercado en sus labores y renunció, luego se dedicó a la venta de tiempos junto a la mamá, tenían dos puestos, pero este de aquí lo tenía él desde hace unos 3 años.

“La gente lo quería muchísimo y esto ha acaparado mucho la atención de sus clientes y vecinos por la forma de ser de él tan cariñoso”, contó la tía.

Ramírez aseguró que Fabián era como un hijo para ella, siempre fueron muy cercanos, incluso este viernes desayunaron juntos, esa fue la última vez que lo vio.

“Me dijo todo bello, ‘tía, venga y siéntese conmigo para que tomemos cafecito’, le dije que no porque ya me iba, pero él insistió, ‘te quiero sentadita a la par mía’, eso fue en la casa de mis papás”.

La tía dijo que aún no sabe por qué su sobrino fue atacado, pero presume que todo pudo darse por un intento de asalto. Además, expresó que espera que las autoridades detengan a los responsables y el caso no quede impune.