Una explosión que mostró el milagro de la vida, homicidios de jóvenes que marcaron a la población por ser personas de bien con futuros prometedores, la pérdida de un profesional integral en temas de seguridad y algunos juicios dejaron huella en la memoria en Costa Rica en este 2022.
Karina Alvarado es una de las sobrevivientes de la explosión de un cilindro de gas de óxido nitroso en la Pops, que ocurrió la noche del 16 de julio anterior en La Ceiba de Alajuela, ella asegura que está en sus seis meses de un nuevo renacer y está llena de ilusiones, así como de resignaciones que le dejó el fuerte impacto.
“Volví a nacer, Dios me dio una segunda oportunidad. Para el futuro espero seguir adelante, asimilar lo que viene y aprender a vivir en el estado que quedé, con mis cicatrices, mis pérdidas”, expresa la joven.
Entre los daños con los que debe vivir, está la pérdida de la sensibilidad en su pierna derecha, además los dedos del pie no los puede flexionar por completo y, como si fuera poco, sufre de problemas en la columna, en apariencia ocasionados por un exceso de inyecciones de anestesia que le pusieron para cuando le hacían las operaciones estando internada.
Karina espera el día en que pueda volver a reunirse y conversar con la segunda sobreviviente de este suceso: Keylin Barquero.
Karina quiere estudiar y convertirse en una profesional, también está pensando si vuelve a trabajar en la heladería Pops, pues asegura que en un principio vio el apoyo, pero a seis meses del trauma no nota la misma atención de sus patronos.
Vidas buenas truncadas
Julio también marcó la memoria de los costarricenses con el vil asesinato del universitario Marco Calzada Valverde, de 19 años, a él lo atacaron el 2 de julio anterior en las cercanías del barrio Chino, en San José.
Él caminaba hacia una parada de buses luego de haber disfrutado con sus amigos en un bar en barrio La California por su cumpleaños. Al parecer, el robo del celular fue la razón por la que apagaron su vida.
Por este mortal ataque condenaron a tres menores de edad. Además, hay dos hermanos de apellidos Rojas López, de 21 años y 19 años, con arresto domiciliario y monitoreo electrónico, que están a la espera de un juicio.
Pero, lamentablemente, Marco no fue la única víctima joven y con un futuro prometedor que murió en manos de la delincuencia. Manfred Barberena Novoa, de 23 años, murió la noche del 24 de junio en Cuesta de Moras, en San José. Cuando regresaba del trabajo, fue atacado por unos asaltantes. Su fatal muerte se hizo más visible al haber sido tan cercana al ataque de Marco.
Además, el viernes 25 de noviembre unos asaltantes mataron a Luis Enrique Méndez Ovares en barrio Damasco, en Gravilias de Desamparados.
El 22 de diciembre, el joven, de 17 años, se iba a graduar de bachiller en el colegio de Gravilias de Desamparados.
La tragedia contra jóvenes continuó este 26 de diciembre cuando falleció de una puñalada en el cuello Keylor Gamboa Muñoz, de 19 años, quien supuestamente enfrentó a un asaltante de apellido Zepeda Rubí, con sentencia y un beneficio carcelario dado por el Instituto Nacional de Criminología.
Keylor defendió a su novia de, al parecer, ser abusada sexualmente por Zepeda. Este sujeto permanece detenido.
Una gran pérdida en Seguridad
En este 2022 también perdimos a Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Aunque no se trató de una muerte violenta, pues falleció de causas naturales, su ausencia se siente, ya que era considerado como un caballero, un hombre íntegro y entregado al país.
El legado de don Wálter fue ser un líder en el campo de seguridad y dentro de la institución aseguran que nunca tendrán un jefe como lo fue él.
Campo judicial
En el campo judicial hubo dos juicios que también dejaron huella, el primero fue la condena por el secuestro y muerte del empresario estadounidense radicado en Costa Rica William Sean Creighton Kopko, que terminó con la condena para 11 personas por un total de 548 años de prisión.
Creighton, de 43 años, fue visto con vida por última vez el 24 de setiembre del 2018, luego de ir a dejar a un amigo en Granadilla.
La familia del estadounidense pagó $900.000 en monedas de bitcoins (poco más de ¢553 millones) por su liberación; sin embargo, nunca regresó y en setiembre del 2019 fue hallado sin vida enterrado en una fosa en Quepos.
El juicio inició el 9 de de agosto del 2021 y se llevó 9 meses, terminó el 20 de mayo del 2022. En la actualidad, la sentencia está en apelación.
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En setiembre también inició un juicio bastante esperado, el del atroz crimen de la doctora María Luisa Cedeño Quesada, el debate se esperaba que terminara en noviembre, pero ya lo extendieron hasta el 28 de febrero del 2023.
María Luisa fue hallada sin vida el 20 de julio del 2020 en la habitación 3 del hotel La Mansión Inn en Manuel Antonio Quepos, propiedad del empresario holandés de apellido Bodaan.
Junto a él, están acusados un bailarín de apellido Herrera Martínez y un costarricense de apellidos Miranda Izquierdo.