Los sicarios que acabaron con la vida del finquero sancarleño Jorge Jiménez Berrocal habrían recibido un pago de ¢25 millones.
Las reuniones para concretar el fatal ataque se habrían dado en barrio México, San José, entre un hermano de la víctima de apellidos Jiménez Berrocal, conocido como Luigi, y los pistoleros.
Así lo declaró Carlos Humberto Salazar durante el juicio por el vil asesinato que sufrió su patrón a quien de cariño le decían Macho Jiménez.
Salazar era la mano derecha de Jorge Jiménez y asegura que ha recibido amenazas solo por trabajar con ellos.
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El testigo indicó que supo de estos detalles porque un sujeto de nombre Fabricio Arce se lo comentó tanto a él como a su jefe días antes de que ocurriera el asesinato.
Afirmó que Fabricio se presentó y le dijo a Macho Jiménez que lo conocía de vista y además que sabía de estos detalles porque era pareja sentimental de Luigi (el acusado) y, supuestamente, él le pedía el celular para contactar a los pistoleros.
“Llega y le dice (se refiere a Fabricio): ‘Yo fui pareja de Luigi y contrató a los sicarios, a usted estaba para matarlo en diciembre, estaba como el chancho ya listo para diciembre’, jamás se me olvida ese término que él uso”, expresó el testigo.
Agregó que no lo mataron en diciembre del 2014 por respeto a la familia de él.
Macho le habría preguntado qué más sabía sobre su ataque.
“Los sicarios son de San José, Luigi se va a ver a barrio México con ellos. En una ocasión Luigi llegó borracho a buscar a Fabricio en la casa de él y le pedía el teléfono prestado a Fabricio para llamar a los sicarios, pero no le contestaron. Como a la hora le devolvieron la llamada a Fabricio, él les dijo que ‘no quería saber nada, que Luigi no estaba con él’.
“Fabricio sacó el teléfono de él y le dijo: ‘don Jorge aquí están las llamadas de los sicarios y en varias ocasiones Luigi me buscó a mi para que le prestara el teléfono’. Decía que por él (por la muerte de Macho Jiménez) había pagado ¢25 millones, que habían dado la mitad y el resto cuando lo mataran”, manifestó Salazar.
Para terminar de confirmarle que era verdad lo que decía, Fabricio le dio detalles de un atentado que hubo en la casa de Macho Jiménez en Florencia de San Carlos. En ese momento la víctima creyó porque le decía cosas que ocurrieron en la vivienda cuando pretendían matar a Macho, pero ese día no estaba en la vivienda.
Macho le dijo a Fabricio que si estaba de acuerdo en denunciar estos hechos en la fiscalía y él aceptó. Lo llevaron al Ministerio Público de Ciudad Quesada el lunes 26 de enero del 2015.
“El testigo recordó las últimas palabras de Fabricio cuando le dijo: ‘Luigi ya tiene todo listo para matarlo a usted’, yo recogí a Fabricio a las ocho de la mañana y lo llevé a la Fiscalía. Ahí estaba don Jorge, no sé que dijeron ahí adentro, ahí duraron como tres horas... salieron y de ahí fuimos al OIJ donde estuvieron una hora y media”, recordó Carlos Humberto.
Después de esta situación Macho planeaba irse a vivir fuera del país para siempre, debido a que ya había sufrido muchos atentados y cada vez más eran más las amenazas.
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Sin embargo, el tiempo no alcanzó y Macho Jiménez fue asesinado el 30 de enero del 2015, en un parqueo frente a la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás, por unos sicarios que no han sido detenidos.
Durante la declaración, Carlos Humberto lloró ante el dolor de perder a un buen jefe y amigo.
Luigi es el único que enfrenta el juicio por el asesinato de su hermano. Cabe señalar que entro de la familia había problemas económicos y de propiedades en la zona norte del país.