Doña Dinia Guerrero, exempleada del hotel La Mansión, aseguró este viernes en el juicio que para ella era una tortura limpiar la habitación en la que asesinaron a la doctora María Luisa Cedeño.
El 20 de julio del 2020, día en que encontraron el cuerpo de Cedeño, Guerrero -quien era la camarera- estaba trabajando en el hotel.
Guerrero trabajó 18 años en el hotel, y renunció en marzo de este año, porque asegura que ya no se sentía bien en ese lugar.
Después del asesinato, ella no quería entrar a la habitación donde estuvo la doctora.
“Ya no quería entrar a la habitación 3 a limpiar, era una tortura para mí”, dijo mientras lloraba. Su angustia era tanta, que los jueces le ofrecieron parar por unos minutos, pero ella aseguró que prefería seguir, “quiero terminar con esto”.
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Incluso ella contó a los jueces que después del asesinato de María Luisa, ella no pudo ni limpiar la habitación donde se dio el crimen, y que entonces su compañero de mantenimiento -Lesther- fue quien se encargó.
La testigo comentó que después del asesinato de la doctora Cedeño, el hotel pasó a manos de nuevos dueños y esa también fue una de las razones por las que renunció.
“No me gustaba el trato”, dijo.
La mujer aseguró que después del crimen a las habitaciones les quitaron los números y les pusieron nombres de animales, pero no recordó los nombres.
La mujer comentó que tras el asesinato aún estando en su casa se sentía mal y muy insegura.
Después de que ella renunció al trabajo, dejó de ir a las terapias de Protección a Víctimas y Testigos. Lo ocurrido ha sido muy duro para ella.