Una pena de cuatro años y seis meses de cárcel pidió el Ministerio Público por la muerte de Carlos Andrés Villalobos Meza, nieto del destacado exfutbolista cartaginés José Rafael “Fello” Meza Ivancovich.
El accidente por el que falleció Carlos Andrés ocurrió el 7 de abril del 2019.
El juicio, en contra de un hombre de apellido Brenes, se realiza en los Tribunales de Cartago y el próximo lunes será la sentencia a las 8:30 de la mañana.
El abogado de la familia de la víctima, Didier Mora, pidió siete años por homicidio culposo, uno por lesiones culposas y dos años por conducción temeraria.
El día del accidente, Carlos regresaba de un restaurante en compañía de un amigo, llamado Sergio Mauricio Torres Guerrero, ambos iban en un vehículo cuando se toparon con unos carros que, en apariencia, iban picando y los impactaron.
El joven falleció en el lugar debido a las lesiones que sufrió.
“A todas las personas que han salido afectadas quiero que sepan que yo siempre he estado a las órdenes de las autoridades y espero que el jurado resuelva con las pruebas que tiene”, dijo Brenes al escuchar la solicitud de pena.
El abogado a la familia de la víctima aseguró que no están de acuerdo con lo que solicitó el defensor del imputado, de darle casa por cárcel.
“Consideramos que es un delito grave, por ser la participación en carreras ilícitas llamadas piques, que están sancionadas por la ley desde hace muchos años“, comentó.
Truncó sus sueños
Sergio Torres Guerrero y Carlos Andrés eran amigos desde que estaban en el colegio San Luis Gonzaga. Junto a Leonardo Ulloa crearon una gran amistad, la misma que compartieron hasta ese día del trágico accidente.
Torres asegura que Carlos era quien lo impulsaba y motivaba a hacer sus cosas y a salir adelante.
Él nos contó que, por el accidente, duró 49 días en coma en el hospital Max Peralta y casi le amputan su brazo derecho hasta el codo, perdió sus capacidades que quedaron a un 46 por ciento y se truncaron sus sueños de ser piloto, pero lo peor fue enterarse que perdió al que era casi su hermano
“Perdí a mi mano derecha, a mi guía, los dos nos empujábamos, él me alentaba... Ese día los tres teníamos algo distinto que celebrar y fuimos a un restaurante en Tibás a comer y luego me devolví a Cervantes a dejar a Leonardo y luego a Carlos, siempre viajaba por Taras, pero no sé por qué ese día me vine por La Lima”, dijo.
“A mí me toca vivir con las cicatrices en el alma y cuerpo, él murió por la irresponsabilidad de un chofer, tenía la posibilidad de viajar a Colombia a trabajar en Amazon, una gran oportunidad para él”, añadió.
A Sergio lo tuvieron que operar seis veces y someterse a rehabilitación.
“Me cortaron un pedazo de hueso para salvar mi brazo. Mi vida cambió demasiado por las lesiones en mi cráneo y se me trunca la posibilidad de ser piloto al ser despedido de mi trabajo en una empresa de exportación privada en el aeropuerto Juan Santamaría, ahí tenía mucho futuro y tuve que cambiar de carrera”, relató.
El sobreviviente asegura que el conductor siempre ha sido indiferente con él y los familiares del joven.